Hoy los mercados tienen por delante un día muy cargado de referencias de interés. Los inversores siguen muy pendientes de las negociaciones en el Congreso de Estados Unidos para poner en marcha un nuevo plan fiscal de estímulo económico, pero sin olvidar el primer debate preelectoral entre Trump y Biden, ni las negociaciones sobre el Brexit entre el Reino Unido y la Unión Europea. El índice Ibex 35 devuelve hoy parte de las ganancias de ayer. Baja un 0,7 por ciento tras las primeras operaciones del día, hasta 6.740 puntos. No es demasiado grave, al menos por el momento, por que ayer se disparó un 2,5 por ciento.

Bajan los bancos, que ayer subieron con rapidez. Pero aguanta de momento Telefónica, que ha recomprado un 1 por ciento de su propio capital por 185 millones de euros. La operadora ha incrementado su autocartera, como fórmula de defensa de la depauperada cotización de las acciones. Paralelamente, la agencia de calificación de riesgos Fitch ha confirmado el “rating” de Telefónica en BBB con perspectiva estable. Fitch destaca la solidez del negocio de Telefónica en sus mayores mercados, a saber, España, Brasil, reino Unido y Alemania. Recientemente también Repsol ha recomprado acciones propias para tratar de impedir que caigan a nuevos mínimos del año.

El Santander, como el resto del sector bancario, siente vértigos tras el tirón alcista del lunes. La presidenta de la entidad, Ana Botín, ha vuelto a apostar con fuerza por el banco. Ha comprado acciones y opciones con un precio de ejercicio superior a los 2 euros. Hoy los títulos del banco cántabro se pagan a 1,61. El Santander ampliará capital para hacer frente al pago en acciones del dividendo complementario con cargo a los resultados de este año.

Continúa firme Arcelor. Ayer se disparó más de un 10 por ciento, tras conocerse que ha vendido activos en Estados Unidos a Cleveland Cliffs por 1.200 millones de euros. El pago se realizará parte en efectivo y parte en acciones. Entre los valores más pequeños, sigue en negativo Sacyr. Ayer perdió un 20 por ciento, tras conocerse que la empresa ha sufrido un revés en el ámbito judicial. El laudo sobre sus reclamaciones por el canal en Panamá ha sido desfavorable para la compañía española, que tendrá que pagar 84 millones de euros.

Importantes datos macroeconómicos en la zona euro

En el capítulo macro económico, hoy se publican los datos de inflación de España y Alemania. Además, los mercados van a disponer de los indicadores de confianza del consumidor y empresarial de la zona euro, mientras desde Estados Unidos llegarán la balanza comercial y el índice de confianza del consumidor. Para éste último se espera una ligera mejoría. Son referencias importantes. Nadie olvida que dos terceras partes de la economía estadounidense descansa directamente en el consumo privado. Mañana se conocerá el PIB en aquél país. Se espera con expectación.

Los inversores empiezan a apostar porque el Congreso de Estados Unidos sea capaz de alcanzar en breve un acuerdo para un nuevo plan de estímulos fiscales por 2,2 billones de dólares. En el mercado de divisas, el euro se cambia hoy por 1,1670 dólares, frente a los 1,19 de hace pocos días. La cotización del dólar puede verse influenciada por el primer debate que celebrarán hoy los candidatos republicano y demócrata a la presidencia de Estados Unidos. Trump y Biden se verán las caras delante de las cámaras, lo que puede influir en la intención de voto. De momento, Joe Biden lleva la delantera. Los mercados creen que el sector de las infraestructuras se verá beneficiado, gane quien gane, porque ambos han prometido fuertes inversiones en este terreno. Si vence Biden subirán las empresas relacionadas con las energías limpias. Si lo hace Trump, les irá mejor a las petroleras y a las armamentísticas. Los más pesimistas temen que un cambio en la presidencia elimine las reducciones de impuestos a las empresas que ha impulsado Trump. A cambio, creen que Biden reconducirá las relaciones de EEUU con China y, en general, reducirá la tensión internacional. Lo que temen las Bolsas es que la incertidumbre se prolongue después de las elecciones. Cabe la posibilidad de que haya impugnaciones y la cosa podría judicializarse y extenderse sine die, lo que no sería bueno para los mercados financieros.