España entre los 5 peores de Europa en carencia material severa
Cuatro millones de personas sufren graves privaciones en su día a día

Escucha la crónica de Carmen Labayen
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No pueden irse de vacaciones, ni instalar y pagar un sistema de aire acondicionado. Llegar a fin de mes es un imposible, dejan facturas pendientes y no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos.
La mayoría tampoco puede costearse una alimentación equilibrada ni tiene coche. Son los casi 4 millones de personas que viven en España en situación de privación material y social severa. Nuestro país figura entre los 5 peores europeos en este tipo de pobreza que afecta a algo más del 8 por ciento de la población Española.
Así lo recoge uno de los últimos informes de la Fundación de Cajas de Ahorros (FUNCAS) con datos de Eurostat que sitúan la tasa española por detrás de la de Rumanía, Bulgaria, Grecia y Hungría y casi dos puntos por encima de la media comunitaria que se sitúa en el 6,4 por ciento.
Nuestro país tiene además casi el doble de personas que no pueden acceder a bienes y servicios esenciales para mantener una vida digna que otros de nuestro entorno con características similares como Italia o Portugal. Y es que la comparación europea lo que refleja es que en España cuesta más salir de la pobreza.
Otra muestra de ello es el hecho de que aunque en España sí se ha ido reduciendo el riesgo relativo de caer en en la vulnerabilidad, la cifra de quienes la padecen en sus formas más graves ha permanecido estable de forma que en 2024 la tasa de privación material severa seguía 6 décimas por encima de los niveles de antes de la pandemia y se situaba en el 8,3 por ciento frente al 7,7 por ciento de 2019.
¿Por qué nos cuesta más reducir la pobreza que a otros países?
El crecimiento económico no garantiza por sí mismo una disminución sostenida de la pobreza. Ni el aumento del empleo ni la mejora de los ingresos medios aseguran un progreso equitativo, especialmente en contextos de elevada desigualdad. Así lo constatan quienes se dedican a monitorizar el impacto de los ciclos económicos en las capas más vulnerables de la sociedad.
“El Estado de Bienestar español tienen un impacto menor en la reducción de la pobreza que otros países. A igualdad de condiciones iniciales, Francia e Irlanda logran tasa de pobreza real mucho más bajas gracias aun mayor efecto redistributivo de sus políticas”, según refleja el XVI Informe del Estado de la Pobreza 2025 publicado por la Red Europea contra la pobreza en España.
María Miyar es directora de estudios sociales en FUNCAS y constata que mientras que la media de la Unión Europea si ha logrado en la última década una reducción progresiva de este indicador en España “lo que se observa es una aparente estabilidad, cada año hay ligeras variaciones pero no una clara tendencia a la baja”.
Es algo que achaca a que el crecimiento económico en España no está llegando a las capas más precarias de la sociedad: “el empleo y los salarios también al alza no están mejorando la calidad de vida de las personas con menores ingresos. Los sueldos no han crecido al mismo ritmo que los precios en los últimos años. No hay un crecimiento real de la renta real per cápita”.
¿Quienes son los afectados por este tipo de pobreza?
Los hogares con mayores dificultades en España son los hogares con menores y la población de origen extranjero. La peor parte, en las familias con niños o jóvenes dependientes, se la llevan los hogares monoparentales: el 16,4 por ciento está en situación de privación material severa, casi el doble que la media comunitaria (8,3 por ciento). Con al menos 2 adultos en el hogar la tasa cae en España al 9,4 por ciento pero sigue estando tres puntos por encima de la media europea (6,3 por ciento).
Y es que, según recoge el informe de FUNCAS, este tipo de pobreza afecta más a los niños y sus familias que a los mayores de 65 años. De hecho la tasa de privación severa de los hogares con 2 adultos con menores a su cargo es casi el doble de la de quienes viven solos y han alcanzado la edad de jubilación (5,2 por ciento). Esto es algo que solo ocurría en 7 de 27 países comunitarios y en ninguno la diferencia alcanza la magnitud española.
Las pensiones de jubilación son un claro factor de protección si tenemos en cuenta que en los hogares con dos adultos, al menos uno de ellos de 65 y más años, la tasa española es prácticamente idéntica a la europea (4,1 por ciento frente al 4 por ciento) mientras que en los mayores de 64 años que viven solos la tasa española es incluso inferior a la media comunitaria (5,2 por ciento frente al 7,2 por ciento).
Haber nacido en el extranjero también influye en una mayor tasa de privación material de forma que el porcentaje de inmigrantes en esta situación casi triplica al de los autóctonos (16,6 por ciento frente a 5,6 por ciento). Si en los nacidos en España la tasa apenas difiere de la media comunitaria (5,6 por ciento frente a 5,2 por ciento) entre la población inmigrante la diferencia con la Unión Europea es apreciable (16,6 por ciento en España frente a 11,5 por ciento en la media europea).
Es una brecha que, según subrayan, no se explica solo por la estructura de la población extranjera, más joven y con más menores a su cargo, sino también por una inserción laboral con menores tasas de ocupación, mayores tasas de paro y por empleos precarios, temporales y de baja remuneración.
Hace un año y un mes que Cruz Daniel Suárez llegó a España procedente de Venezuela. Tiene 37 años y lo que más quiere en el mundo es lograr la estabilidad financiera que persigue desde que se mudó, un futuro para él y para ayudar a sus padres en Venezuela desde nuestro país. En este tiempo ha pasado de recibir el apoyo de Cáritas y de Cruz Roja a estar a punto de independizarse tras lograr un trabajo que espera sea duradero.
De su situación precaria inicial en nuestro país no le contó nada a su familia para no preocuparles. Hoy su principal miedo es, según cuenta a COPE, que “no me hagan fijo y tener una base no poder pagar el alquiler e incluso ahorrar por si llega un momento en el que, como ya me ocurrió en mi anterior trabajo, me dicen que ha habido un recorte en la producción y que ya no me necesitan”.
¿Tiene solución la pobreza severa en España?
El enquistamiento de la pobreza severa que hace que aunque la extensión de la pobreza se esté reduciendo no lo haga la intensidad sí tiene soluciones y no pasa únicamente por el crecimiento económico que también. Son además importantes las políticas públicas y los sistemas de protección oficial. Gracias a estas ayudas sociales, la tasa de pobreza se reduce del 46,2 por ciento al 20,2 por ciento: evitan que 11,1 millones de personas caigan en situación de pobreza. Excluidas las pensiones, las transferencias protegen a más de 3 millones de personas.
Se trata de buscar un efecto más redistributivo de las políticas públicas para luchar contra la pobreza y, según Miyar, de “lograr un crecimiento económico centrado no solo en la cantidad sino también en la calidad, que haga que aumente la productividad y, con ello, los salarios y también el poder adquisitivo” de quienes lo tienen más complicado para salir adelante.