El índice Ibex 35 arranca el día ligeramente por encima de los 7.000 puntos. Sube un 0,3 por ciento tras las primeras operaciones. En el conjunto de la semana y a falta del cierre de hoy, la Bolsa recupera cerca de un 4 por ciento. Ha subido en seis de las últimas siete sesiones. A pesar de este repunte, la Bolsa española todavía es la más débil de Europa, con una caída acumulada del 27 por ciento en este año. Hoy el dinero busca de nuevo los valores más castigados en los últimos meses, en especial los relacionados con el turismo. La aerolínea IAG ha sumado ya más de un 18 por ciento en las últimas cinco sesiones. Hoy aguanta Telefónica, que también ha realizado un intenso esfuerzo alcista en esta semana. La compañía ultima la creación de una filial en Alemania que invertirá 5.000 millones de euros en el desarrollo de una red de fibra óptica.

Y resisten los bancos. Suben casi todos los componentes del sector financiero, a pesar de que muchos de ellos tienen una gran exposición al mercado latinoamericano, con BBVA y Santander a la cabeza. Ambos obtienen más de la mitad de su beneficio ordinario en esa zona del planeta. El Banco de España no aporta buenas noticias en este sentido. Considera que la economía de América Latina se contraerá en su conjunto un 8 por ciento este año, muy afectada por la pandemia de Covid-19. En el segundo trimestre del ejercicio el PIB latinoamericano se contrajo un 14 por ciento.

Parece que el acuerdo sobre un nuevo plan de estímulo fiscal se hará esperar en Estados Unidos hasta después de las elecciones de noviembre, aunque no se descarta que el presidente Trump rectifique y vuelva a abrir las negociaciones con los demócratas. En cualquier caso, los inversores creen que ese plan verá la luz gane quien gane. Además, tanto demócratas como republicanos se han mostrado dispuestos a acordar medidas urgentes para sectores concretos, como las aerolíneas. Los inversores lo dan por bueno y las bolsas suben.

¿Se necesitan más estímulos económicos?

Los inversores tienen que estudiar hoy con lupa los informes de algunos organismos internacionales. La OCDE, por ejemplo, cree que la economía española está estabilizándose. No se contrae mucho, pero tampoco reacciona. El indicador compuesto que calcula la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico para España ha perdido una centésima, hasta 94,31 puntos, lejos todavía de los 100 puntos que señalan la media de largo plazo. En el conjunto del a OCDE la lectura es de 98,8 puntos. La lectura que se desprende de estos datos es que la economía española se recupera tras la fuerte caída de los momentos peores de la crisis, pero lo hace ahora a un ritmo mucho más modesto. Por el contrario, la situación mejora con algo más de solidez en Estados Unidos, Italia, Alemania y Japón.

Los inversores han torcido un poco el gesto tras estudiar las actas del último consejo del Banco Central Europeo. La autoridad monetaria insiste en la necesidad de más estímulos económicos, ya que la actividad se recupera con demasiada lentitud. La incertidumbre existente impulsa al BCE a señalar que no hay lugar para la complacencia. Preocupa en el Banco también la excesiva apreciación del euro, ya que supone un lastre para la recuperación. Dificulta las exportaciones de las empresas europeas, en especial las de Alemania, la locomotora de Viejo Continente.

Hoy se ha conocido que el índice PMI (Purchasing Managers Index) del sector servicios de China ha crecido hasta 54,8 puntos en septiembre, frente a una lectura de 54,0 en agosto. Se consolida por encima de 50 puntos, que es al frontera que separa la contracción de la expansión económica. Es buena noticia y remacha la impresión de que China está recuperándose mejor y con más rapidez que otras economías. Ya se sabe también que el PIB de Reino Unido ha crecido bastante menos de lo que se esperaba en el mes de agosto. Apenas un 2,1por ciento, cuando los analistas pronosticaban un aumento del 4,5.