La Bolsa ha conseguido la pequeña proeza de cerrar en verde. Y además lo ha hecho con amplitud. Los cazadores de gangas han picoteado aquí y allá en los valores más castigados en las últimas sesiones. La volatilidad últimamente es tan grande como el temor de los inversores. Las piruetas y los altibajos son constantes en todos los mercados. El índice Ibex 35 queda para mañana en 8.321 puntos tras anotarse una subida del 1,62 por ciento. En los peores momentos del día el mercado ha ido a buscar apoyo en los 8.070 puntos. Ha entrado dinero especulativo en las empresas turísticas, en Repsol, Telefónica y los bancos.

El barril de crudo tipo Brent del Mar del Norte se paga esta tarde a 109 dólares, pero ha llegado a superar los 113, un precio que no se veía desde el año 2014. El petróleo se ha encarecido cerca de un 40 por ciento en lo que va de año. En diciembre se movía por debajo de 80 dólares. El petróleo cotiza en dólares, una moneda que se ha fortalecido contra el euro, lo que encarece aún más la factura energética. El euro se cambia por debajo de 1,11 dólares.

Los países exportadores integrados en la OPEP y sus socios, entre los que se encuentra Rusia, han acordado en su reunión de hoy mantener su estrategia de aumentar cada mes sus exportaciones en 400.000 barriles diarios. No mueve ficha a pesar del más que probable estrangulamiento del suministro procedente de Rusia. Por su parte, la Agencia Internacional de la Energía, la AIE, ya ha comenzado a tomar medidas. Acordó ayer sacar el mercado 60 millones de barriles de sus reservas estratégicas. Y un apunte más dentro del sector del oro negro. Las acciones de la petrolera rusa Gazprom han llegado a bajar hoy hasta un 90 por ciento en la Bolsa de Londres. Cotizan a tan solo unos pocos peniques.

La guerra en Ucrania sigue en el foco de atención de los mercados. Pero al tiempo los inversores han tenido que prestar atención a otras referencias, como por ejemplo las palabras del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, en su comparecencia ante el Congreso. Ha reiterado que subirá el precio del dinero en su próxima reunión. Y eso a pesar de los efectos negativos que tiene la guerra de Ucrania sobre el crecimiento de la economía.

Los mercados siguen muy pendientes también de la escalada vertical de la inflación. El IPC de la zona euro se ha disparado hasta el 5,8 por ciento en febrero, según el dato adelantado que se ha publicado esta mañana. Es un dato nunca antes visto. El Banco Central Europeo ha lanzado un aviso a los navegantes en el sentido de que la subida del precio el gas, debido en gran parte a la crisis entre Rusia y Ucrania, puede restar dos décimas al crecimiento del PIB de la zona euro en el año en curso. El BCE busca el momento correcto para enfrentarse a la escalada de la inflación, pero sin comprometer la recuperación de la economía. El jueves de la próxima semana se celebrará un nuevo consejo de gobierno del BCE.

Como consecuencia del conflicto en Ucrania, el Consejo General de Economistas ha rebajado su previsión de crecimiento del PIB español para este año desde el 5,8 al 5,4 por ciento. Señalan el impacto de la subida de los precios del petróleo y el gas, por lo que esperan también un aumento de la inflación. Este organismo advierte sobre un posible círculo vicioso, según el cual los ciudadanos reducirán su consumo debido a los mayores precios, lo que obligará a las empresas a reducir su producción, lo que a su vez provocará un menor crecimiento.
Los analistas de Funcas han aumentado en nueve décimas su estimación de IPC en España. Por su parte, la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) espera una progresiva desaceleración de la inflación a lo largo el ejercicio en curso, pero advierte sobre la necesidad de frenar la espiral retroalimentada entre los precios y los salarios.