60.000 euros por una habitación: la nueva forma de ser propietario que gana terreno entre los jóvenes
Frente a los altos precios de los alquileres y la dificultad de acceder a una vivienda propia, surge una alternativa innovadora: comprar una habitación privada en régimen de copropiedad

Madrid - Publicado el
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La idea es simple: el comprador adquiere una habitación privada y obtiene derechos sobre las zonas comunes del piso, como cocina, baño y salón. Este tipo de copropiedad transforma la forma en que los jóvenes pueden acceder al mercado inmobiliario, ofreciendo una vía intermedia entre el alquiler y la compra completa de una vivienda.
Los precios de estas habitaciones oscilan entre 60.000 y 90.000 euros, dependiendo de la ciudad y de las características del inmueble. Aunque supone un desembolso inicial importante, la ventaja principal es que el dinero invertido se traduce en propiedad real, y no en un pago mensual que no genera patrimonio.
El consejero delegado de la plataforma que gestiona estas operaciones explica que esta modalidad “vale exactamente lo mismo que un alquiler, pero con la diferencia de que estás comprando algo de tu propiedad”. Así, los jóvenes logran salir del ciclo de pagos mensuales sin fin y empezar a construir su futuro inmobiliario desde una escala pequeña pero tangible.
Por qué surge este modelo
La dificultad para acceder a la vivienda en España ha alcanzado niveles preocupantes. En ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia, los alquileres para jóvenes han superado con creces los 500 euros por habitación, y las alternativas tradicionales de compra resultan inalcanzables para gran parte de la población menor de 35 años.

Ante este panorama, la compra de habitaciones se presenta como una solución flexible y accesible. Permite a los compradores convertirse en copropietarios, disfrutar de su espacio privado y, al mismo tiempo, tener participación en las zonas comunes. Esto no solo reduce los gastos mensuales en comparación con la compra de un piso entero, sino que también ofrece la posibilidad de revender la habitación o incluso alquilarla más adelante.
Los expertos destacan que, además de la ventaja económica, este modelo fomenta la convivencia con perfiles similares, lo que puede facilitar la adaptación y reducir conflictos habituales en pisos compartidos tradicionales.
Ventajas y desafíos de la copropiedad
Entre las ventajas, destaca la posibilidad de acceder a la propiedad sin hipotecarse por completo, con la seguridad de tener un título legal sobre el inmueble. Los jóvenes compradores valoran especialmente la independencia que supone tener su propio cuarto y la participación en la toma de decisiones sobre el uso de las zonas comunes.
Sin embargo, también existen desafíos. La convivencia requiere compatibilidad y buena comunicación entre los copropietarios, y los gastos asociados a la vivienda, aunque compartidos, siguen presentes. Además, la inversión inicial, aunque menor que la compra de un piso entero, sigue siendo considerable, lo que limita el acceso a quienes cuentan con cierto ahorro.

Otro aspecto a considerar es la liquidez de la inversión. Vender una habitación puede depender de la demanda y de las condiciones del mercado inmobiliario, lo que implica que, aunque se tenga propiedad legal, recuperar el dinero puede no ser inmediato.



