Muchas más personas de las que pensamos tienen que desplazarse al ambulatorio a pedir cita porque no pueden usar una aplicación para hacerlo y, si les piden el certificado COVID, tendrá que presentar el papel que les dieron al ponerles la vacuna. Tampoco podrán hacer la compra por internet o rellenar documentos con su firma digital, algo cada vez más frecuente.

La profesora deEstudios de Economía y Empresa de la Universidad Oberta de Cataluña (UOC) Elisabet Ruiz-Dotras explica en COPE que “la pandemia ha acelerado el movimiento tecnológico en todos los campos, incluido el de la educación”.

Esta investigadora del grupo DigiBiz, experta en educación financiera resalta también que “en algunos sectores, como el financiero, ya se había iniciado esa transformación con anterioridad y eso está obligando al cierre de oficinas, sobre todo en el mundo rural”.

Al respecto, el Gobierno reconoce que 1.600.000 mil personas siguen sin tener acceso a internet en la España vacía y a esta cifra hay que sumar los ciudadanos que se han quedado atrás en su formación digital y que necesitan de amigos o familiares para realizar todas estas gestiones cuando no disponen de oficinas físicas donde ejecutarlas.

Otro informe del Banco de España sobre ‘Infraestructura del efectivo y vulnerabilidad en el acceso al efectivo en España’ demuestra que el cierre de oficinas bancarias deja a 1,3 millones de personas, un 3% de los ciudadanos, en una situación de “vulnerabilidad en el acceso al efectivo”.

EN MI PUEBLO NO HAY COBERTURA

La falta de cobertura a internet perjudica considerablemente al mundo rural español, donde 1.400.000 personas no pueden conectarse a internet con una conexión funcional; es decir, superior a 1 Megabites por segundo, lo que directamente les está limitando la digitalización.

Estos datos demuestran que se ha quedado corto el objetivo marcado por la Agenda Digital para España (garantizar una conexión mínima de 30 Mbp), ya qye no evita que la “España Vacía” se quede cada vez más vacía.

Además, el Informe 02/2021 sobre “Un Medio Rural Vivo y Sostenible” publicado por el Consejo Económico y Social de España en el año 2021 demuestra que otros 200.000 ciudadanos ni siquiera tienen esa mínima conectividad en las zonas despobladas. Con estos datos, el reto demográfico es uno de nuestros grandes desafíos de este siglo XXI en el que deberíamos garantizar la igualdad de oportunidades de los españoles independientemente del lugar en el que residen.

Los ciudadanos sin acceso a internet o sin conocimientos informáticos como para utilizarlo, acaban pidiendo ayuda a sus familiares o acercándose a las oficinas donde les harán pasar de una ventanilla a otra. La digitalización no ha llegado ni a la España vacía, ni a muchos de nuestros mayores, aunque el presidente de CEOMA, el doctor José Manuel Martínez Gómez, tiene las claves para resolverlo. “La solución consiste en aplicar el sentido común, nos dice en COPE, porque las diferentes instituciones deberían tomar medidas para que desde esos mismos bancos, centros de salud u oficinas de la Administración haya personas que formen y ayuden a los que no saben utilizar estos medios”.

CORREOS Y LA TIENDA DE BARRIO

Nuestro país presenta relevantes retos demográficos y de brecha digital, que tienen una gran repercusión en los servicios de todo tipo: sanitarios, educativos, culturales, y también bancarios.

Un reciente estudio de Funcas demuestra que, tras la pandemia, la digitalización financiera se ha acelerado entre la población de mayor edad con un aumento de clientes digitales mayores de un 27,7%. De manera que, en la actualidad, el 52,2% de los usuarios de internet de más de 65 años utiliza habitualmente la banca electrónica.

Sin embargo, y ante la creciente demanda de servicios informáticos para hacer cualquier gestión financiera, organismos como Correos han creado herramientas de ayuda, como ‘Correos Cash’. Este sistema permite que los carteros puedan entregar dinero en cualquier domicilio de España y, además, los clientes de las distintas entidades bancarias pueden realizar retiradas e ingresos de efectivo en los distintos puntos de atención al ciudadano de Correos.

Otra de las soluciones que aporta esta experta en Educación Financiera pasa por seguir el ejemplo de países como EEUU, Hong Kong o el Reino Unido. Allí, comenta en COPE, “existe la posibilidad de ir a una tienda y obtener dinero de tu propia cuenta después de haber pagado la compra que hayamos hecho. Consiste en que el cajero cobre además un dinero extra que nos llevamos en efectivo.

El problema de esta forma de obtener dinero es que los mayores también quieren tener una impresión de lo que les queda en su cuenta y en una tienda no podrían ayudarles. La solución pasaría por un sistema automatizado que les enviara mensajes a su teléfono móvil con el saldo de su cuenta y otros datos básicos”.