Irene Dalmases

Aunque desde hace unos años verano e invierno prácticamente se solapen, este miércoles ha empezado oficialmente el otoño y el Gran Teatre del Liceu ha arrancado la primera temporada de su 175 aniversario, la del paraíso, con una actual "Ariadne auf Naxos", que ha acabado aplaudida por el público.

Con una puesta en escena de Katie Mitchell y la dirección musical del maestro Josep Pons, la ópera de Richard Strauss y su inseparable libretista Hugo von Hofmannsthal ha vuelto al coso de la Rambla, después de que se pudiera ver por última vez en 2002, con teléfonos móviles, matasuegras, trajes con luces y personajes de género no binario y otros con nariz de payaso.

La obra cuenta cómo el hombre más rico de Viena ha encargado una ópera seria a un joven compositor -al que ha puesto la voz la mezzosoprano norteamericana Samantha Hankey-, además de invitar a un grupo de actores de la commedia dell'arte a su casa, a los que pide actúen conjuntamente con los intérpretes de la ópera, quedando frente a frente la frívola y pop Zerbinetta, interpretada por la donostiarra Elena Sancho Pereg, que ha salido airosa del envite, frente a la clásica Ariadne, cuyas facciones hoy eran las de la finlandesa Miina-Liisa Värelä.

El papel de Ariadne, en principio, debía ir a cargo de Iréne Theorin, pero tuvo que cancelar por una lesión, y el público de la capital catalana no la podrá escuchar en esta obra de teatro dentro del teatro.

Coproducción con varias instituciones teatrales europeas y el festival de Aix-en-Provence, el montaje, con un parto con palangana incluido, puesto que Ariadne está embarazada, lleva a reflexiones sobre la fidelidad, las contradicciones del amor, la diferencia entre ópera y pop, a la vez que refleja los conflictos de una sociedad global y líquida.

El maestro Josep Pons, al frente de la orquesta, ha sido uno de los más aplaudidos al finalizar el espectáculo, tras ejecutar una partitura que considera está llena de influencias, de colores mozartianos, sin obviar tonos de danzas populares de máscaras italianas con momentos wagnerianos.

También ha contado con el favor del respetable Elena Sancho Pereg, en uno de los roles más exigentes escritos por el compositor alemán, iluminada, en esta ocasión, por las luces de su vestido anaranjado.

Como es habitual en el inicio de la temporada, además de los máximos representantes de la institución barcelonesa como Salvador Alemany o Valentí Oviedo, a la función de "Ariadne auf Naxos" han asistido numerosas personalidades políticas encabezadas por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y los ministros de Cultura, Miquel Iceta, y de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá Belmonte.

También han presenciado la representación, con un 70 por ciento de aforo, unas 1.100 personas, de mascarilla rigurosa, la presidenta del Parlament, Laura Borràs; la directora general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas, Amaya de Miguel; y la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, además de diputados del Parlament y concejales del Ayuntamiento de Barcelona como Jaume Collboni, Albert Batlle y Jordi Martí.

Del ámbito económico y social han acudido desde el presidente del Consejo de Mecenazgo del Teatro, Luis Herrero, al presidente del Banc Sabadell, Josep Oliu; la directora del aeropuerto de El Prat, Sonia Corrochano; el presidente de AGBAR, Ángel Simón; el director general de Telefónica en el territorio Este, Chema Casas o el presidente del Círculo de Economía, Javier Faus.

También las modelos Judith Mascó y Vanesa Lorenzo, acompañada por su pareja, el futbolista Carles Puyol los actores Paco Mir o Sergi López, la bailarina Sol Picó, las diseñadoras Miriam Ponsa y Txell Miras, el diseñador Josep Abril, la arquitecta Benedtta Tagliabue y el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, entre otros.