ARQUEOLOGÍA HISTORIA
Rojales (Alicante) alberga la mayor necrópolis bizantina de la Península
El yacimiento arqueológico del Cabezo del Molino de Rojales (Alicante) alberga la mayor necrópolis o cementerio de origen bizantino hallado hasta el momento en la Península Ibérica, ha explicado este lunes Teresa Ximénez, arqueóloga del Museo Arqueológico de Alicante (MARQ).
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El yacimiento arqueológico del Cabezo del Molino de Rojales (Alicante) alberga la mayor necrópolis o cementerio de origen bizantino hallado hasta el momento en la Península Ibérica, ha explicado este lunes Teresa Ximénez, arqueóloga del Museo Arqueológico de Alicante (MARQ).
"Es, además, el mejor conservado de esta etapa histórica, que data de los siglos VI y VII", ha añadido la investigadora en un comunicado difundido este lunes por el Ayuntamiento.
Ximénez ha hecho estas declaraciones tras finalizar recientemente la quinta campaña de excavaciones arqueológicas patrocinadas por la Diputación de Alicante y desarrolladas por el MARQ en colaboración con el Ayuntamiento de Rojales, el Museo Arqueológico de la localidad, la Universidad de León y el Instituto Max Plank Jena de Alemania.
Para la también directora de estos trabajos arqueológicos, que cuenta en su equipo con la doctora en Antropología de la Universidad de León, Susana Gómez, este es "un yacimiento sorprendente y único".
Tras el paso del georradar por la zona, se calcula que en esta necrópolis bizantina puede haber "unas 300 fosas de enterramiento excavadas en el cerro de duna fósil donde se sitúa el yacimiento arqueológico", ha subrayado Ximénez.
"Hasta el momento -ha continuado- han sido excavadas 30 tumbas, que albergaban 50 individuos de diferentes edades y sexos. Las excavaciones también han descubierto ajuares, broches y numeroso material cerámico".
Ha subrayado que la investigación de Rojales está ofreciendo "importante información" sobre ritos de inhumación y genética y que algunas de las tumbas excavadas en roca y que estaban cubiertas con lascas de piedra contenían uno o varios individuos
Ha explicado, del mismo modo, que en este periodo histórico se abandonó la incineración en los enterramientos cristianos y directamente los cuerpos eran sepultados.
En el caso del Cabezo del Molino, según Ximénez, "los fallecidos eran colocados con la cabeza hacia el oeste y los pies al este, es decir, al sol poniente y al sol naciente, un rito cristiano de primera época".
Asimismo, ha añadido que "la aparición de varios cuerpos en algunas fosas, con adultos y menores, indica que muchos de los antiguos habitantes del Cabezo del Molino morían a la vez, lo que nos lleva a pensar que se produjeron epidemias muy contagiosas y que las sepulturas múltiples contenían cuerpos de familiares".
Ximénez ha destacado que las pruebas genéticas que realiza el Instituto Max Plank Jena determinarán el origen de los habitantes de Rojales en este periodo y sus relaciones familiares, además de la causa de la muerte.
No obstante, tras estudiar lo excavado, se ha determinado ya una larga cronología humana de ocupación, que comenzó en el siglo IV-III antes de Cristo con la cultura Ibérica, siguió con una presencia tardorromana entre los siglos IV-V y culminó en los siglos VI-VII con el imperio bizantino.
La hipótesis que se baraja en estos momentos ante esta larga presencia humana en el Cabezo del Molino es que este cerro podría haber sido un puerto fluvial, según Ximénez.
"Es pronto para saberlo con certeza, queda mucho por investigar, pero de momento es la que barajamos", ha subrayado.
En esta línea, ha avanzado que se realizarán excavaciones los tres próximos años y se ampliará el proyecto según los resultados, con el objetivo de localizar si aún existe el poblado con sus viviendas y otras construcciones de carácter religioso.