El CDN y la compañía de danza La Phármaco abordan el periodo histórico de la Guerra Civil y el exilio en "Una gran emoción política", una propuesta escénica total inspirada en la autobiografía de María Teresa León "Memoria de la melancolía", que se estrenará en el Teatro Valle-Inclán el próximo miércoles.

María Teresa León "sufrió el mismo destino que España, el borrado de la memoria, el olvido premeditado", ha explicado Luz Arcas, que junto a Abraham Gragera se ha encargado de la dirección y la dramaturgia de este texto, con un reparto formado por la propia Arcas y Elena González Aurioles, Ignacio Jiménez, Paula Montoya, Begoña Quiñones y Raquel Sánchez.

La obra ha sido presentada hoy en el Teatro Valle-Inclán e inaugura un nuevo ciclo del Centro Dramático Nacional (CDN) titulado "En letra grande", que está dedicado a varias mujeres que en el pasado "enriquecieron e innovaron la escena española" y que no han tenido "el protagonismo o el reconocimiento que se merecen", entre las que se encuentran Rosario de Acuña, Halma Angélico, María Lejárraga y María Teresa León, protagonista de "Una gran emoción política".

Arcas ha insistido en que se trata de un "espectáculo total", porque desde La Pharmaco trabajan "todos los recursos escénicos", entre los que se encuentran textos originales, canción, música en directo, la luz, elemento espacial "clave" y el cuerpo.

"Para mí no hay una división exacta entre el teatro y la danza. El lenguaje escénico es único", ha declarado la directora, que ha tomado como punto de partida para la obra la biografía de María Teresa León, escritora integrada en la generación del 27 y mujer de Rafael Alberti.

Sin embargo, Gragera ha indicado que la obra "no es una recreación literal de la biografía de María Teresa León", porque lo que interesa es "su visión del mundo y la relación que hay entre su experiencia personal y la historia de comienzos del siglo XX".

"'Una gran emoción política' se fundamenta en la visión esperanzadora de María Teresa León, lo que ella pensaba que podía ser España y en su compromiso con las clases desfavorecidas, que de repente tuvieron en sus manos el poder de construir un país más igualitario y más justo", ha declarado Gragera.

La obra cuenta con dos actos, siendo el primero un solo en el que Arcas recrea León en el momento en el que comienza a perder la memoria para dar paso a un segundo acto, en el que ella desaparece y entra en escena el cuerpo colectivo, con las escenas de guerra, exilio y toda la lucha política en la época de la República.

Arcas ha establecido una analogía entre la vida de la escritora y España y ha asegurado que le pareció "muy curioso" que el final de su vida fuese "tan similar" a lo que ha ocurrido en España con su historia reciente.

"Ella tenía una obsesión con la verdad, con el posible regreso desde el exilio y sobre todo una gran preocupación por la memoria y con contarlo a los jóvenes lo que había pasado", ha afirmado Arcas, que considera que la relación entre León y nuestra memoria reciente era "clara" y "sirve como eje que vertebra la obra".

"María Teresa decidió ser la cola del cometa pero no fue una mujer en la sombra de su marido Rafael Alberti" ha querido remarcar la directora, que asegura que la León fue "muy protagonista" del tiempo que vivió.