Con la esperanza de una buena vida como leitmotiv de la velada, Eros Ramazzotti ha cantado a la vida y la tierra esta noche en su concierto en el Palacio de Vistalegre de Madrid donde, en italiano y castellano, ha presentado su nuevo disco con un tour visualmente apoteósico.

Tras estrenar la gira internacional Vita Ce Nè por su nuevo disco con dos soldout en Múnich, Ramazzotti ha iniciado esta noche el breve tramo español del tour en Madrid, ciudad que le ha recibido con un escueto público y que no pisaba desde 2016, al igual que Barcelona, que este sábado también disfrutará del italiano en el Palau Sant Jordi.

Además viajará a Gran Canaria, aunque ya en verano, el 24 de julio, este impresionante espectáculo visual en el que Ramazzotti (Roma, 1963) hace un canto a la vida, al ecologismo, y en el que va intercalando temas de su nuevo álbum, como "Hay vida", con auténticos éxitos como "La cosa más bella", que ha cerrado el concierto.

Puntual, a las 21:00 horas, empezaban a brillar los focos instalados en la parte superior e inferior de las dos pantallas verticales que abrazaban el escenario, y Ramazzotti aparecía en Vistalegre, pero en la proyección de un vídeo sobre la gran tela blanca que tapaba el escenario y que ha hecho las veces de pantalla.

Con calvas en la escueta pista y en las gradas -el escenario se ha situado en la mitad de la plaza de toros, por lo que el público solo ha ocupado la mitad del espacio del recinto-, el cantante aparecía a lomos de un caballo en esa pantalla, que acababa cayendo entre gritos del público.

El árbol de la vida que tiene el italiano tiene tatuado en el brazo para llevar siempre consigo a su familia relucía en el fondo del escenario, que acogía al cantante vestido de negro, y que se convertiría en una fiesta de colores con juegos de luces y vídeos.

Mientras Ramazzotti se desgañitaba con "Hay vida", unos hologramas de luces proyectaban en mitad de Vistalegre la tierra en tres dimensiones, con sus selvas y sus edificios, como un adelanto del show visual que el maduro público iba a contemplar.

"Hola, Madrid. ¿Todo bien? Gracias por venir esta noche. Voy a cantar un poquito en italiano y un poquito en español, para ir adelante", anticipaba el cantante, acompañado por sus ocho músicos y sus dos coristas.

Una especie de lengua de pantallas que bajaba desde lo alto del escenario hacia uno de sus extremos ha sido el apoyo visual durante el resto del concierto, y en ellas se han podido ver desde figuras geométricas hasta ciudades o bosques en un continuo vaivén de imágenes en movimiento, siempre relacionadas con la temática de cada canción.

Así, en "La sombra del gigante", una figura negra danzaba por un fondo rojo, o en "Estrella gemela" caía desde el techo del palacio una vía láctea a través de las pantallas.

"Un segundo de paz", "Una emoción para siempre", "I belong to you", "En primer plano", "Più che puoi,", "Si bastasen un par de canciones" o "Por las calles las canciones", con Luis Fonsi acompañando a Ramazzotti en las pantallas, se han ido sucediendo en el amplio repertorio del concierto.

Concierto en el que no ha faltado un alegato al ecologismo, con dos vídeos que le han servido al cantante para cambiar de vestuario en los que se denunciaban hechos como que "Cada año 150 millones de toneladas de plástico acaban en el mar". "Salvemos los océanos. Juntos podemos hacerlo", alentaba el aplaudido vídeo.

Igual de aplaudido que otros temas como "Cosas de la vida", "Te llevo donde hay música", "Somos fuego", "Cuanto amor me das" o "Ahora tú".

Tras levantar por primera y última vez a todo el público con "La cosa más bella", Ramazzotti se ha despedido del Palacio de Vistalegre como ha llegado: cabalgando hacia el horizonte en una proyección de vídeo.

"¡Madrid! Buena vida, hacemos el amor todo el día", se despedía entre aplausos y rodeado de su banda el cantante.

La apoteósica gira con la que Ramazzotti celebra los 35 años de su carrera, y en la que trabajan un total de ochenta personas, se mueve con diez camiones y cuatro autobuses, que llegarán el 17 de diciembre a Livorno (Italia) como última cita anunciada en la página web del cantante.

Para este show internacional, que cuenta con 81 conciertos anunciados en 32 países y más de 400.000 entradas vendidas, el italiano mueve a ochenta trabajadores, diez camiones y cuatro autobuses.