CÓMIC INDUSTRIA
Codina y Marquina ironizan ante la imposibilidad de vivir del cómic en España
Sergio Andreu
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Sergio Andreu
¿Existe una industria del cómic en España? La dibujante Rosa Codina y el guionista Javier Marquina lo dudan porque (la mayoría) de los autores -"la materia prima de todo esto"- no puede subsistir de forma digna; "Paco Roca y cuatro más", apuntan en su diagnóstico gráfico, nacido como fanzine y que ECC ha publicado en formato libro.
"Cómo salvar la industria del cómic (sin tener ni puta idea)" da nombre a este diálogo ilustrado que Marquina, con mucho tiempo para pensar durante la pandemia, ofreció vía Instagram a algún dibujante, una idea que Codina cogió al vuelo.
La intención de este fanzine inicial que tuvo un gran éxito era contar "cómo vivimos los autores el proceso de creación", explican a EFE, un retrato que sirviera de advertencia de "peligro de muerte por inanición" a posibles aprendices que quisieran sumarse a un sector tan rácano con el talento.
Una conversación que aborda la precariedad en la que se mueven el grueso de los autores, también las editoriales pequeñas y medianas y algunas librerías especializadas, y eso a pesar de las optimistas grandes cifras del sector: las ventas de cómic se han incrementado en el ultimo año un 8 % (lanzadas por el manga).
Un diálogo tintado de humor negro, repleto de metáforas visuales que ayudan a entender los papeles de cada uno en esta "tragicomedia industrial", en el que a los creadores, a pesar de ser la base de todo el proceso, y "la primera pata", acaba siendo devorado por un sistema injusto y mal planteado.
Y con una buena dosis de autocrítica: se publica mucho, "demasiado" y la calidad de algunos de los títulos que ven la luz, de forma apresurada por un "diabólico sistema" basado en la aparición sin fin de novedades, deja mucho que desear, en ocasiones con páginas de relleno para convertir un cómic en un libro "que pese", que parezca más importante, en las ahora omnipresentes novelas gráficas.
"La novela gráfica es una de las mayores trampas que hemos sufrido los autores en los últimos años, tochos a veces de doscientas páginas por lo que se nos paga menos que lo que se cobraba hace cuarenta años por hacer diez paginas en blanco y negro sin entintar. Difícilmente se puede hablar de industria cuando el 90 % de los autores somos los peor pagados de todo el proceso", afirma Marquina.
"El libro es una llamada de atención de todo esto, con el que muchos creadores se sentirán identificados, sirve para mostrar lo que hay detrás, las malas condiciones laborales. Cuando me preguntan cuál es la solución no sé cómo responder, contesto que lo único que quiero es ganarme la vida de forma digna, dejar de ser pobre", comenta por su parte Codina.
En España se publican, según datos de la entidad Tebeosfera -que citan los autores- más de 4.600 títulos al año (en 2012 fueron 2.545) "una locura de casi 90 cómics nuevos cada semana en un país en el que casi no se lee", se lamenta el guionista sobre una situación que provoca que los autores que quieran vivir del sector tengan que trabajar con los mercados de otros países o directamente emigrar.
Aproximadamente el 56 % de los cómics publicados en España procede de cuatro grandes editoriales (Pannini, ECC, Planeta y Norma acumulan 2.603 novedades), pero según apunta Tebeosfera en su informe los editores de obra nueva y "genuinamente nacional son los pequeños editores o los autoeditores".
Marquina, que además de su tarea como guionista es administrativo "para poder pagar las facturas", y Codina que aspira a vivir de sus dibujos que considera que dentro de lo que cabe ha tenido suerte en su carrera a la hora de publicar ("Rompepistas" es su trabajo grande más reciente), ofrecen datos demoledores para los creadores.
Más allá de algunos casos excepcionales, en España un autor cobra un porcentaje por cada tebeo que vende, y en ese reparto, entre un 30 y un 40 % se lo quedan las librerías; de forma, "más o menos general", un 35 % va a las editoriales, mientras que en las distribuidoras recae entre un 10 y un 25 %.
Así, los autores reciben de media, recogen Marquina y Codina en su libro, un escueto 10 %, a dividir entre varios si hay guionista, dibujante y colorista, es decir, un 3,33 % por cabeza: si un tebeo vale 20 euros, cada uno se llevaría 66 céntimos, ejemplifican.
Las tiradas medias de las editoriales medianas y pequeñas están e entre los 500 y los 100 ejemplares y "muchas de ellas no venden ni 500, si uno cobra por los ejemplares que vendes, si echas las cuentas a 20 euros...", calcula Marquina.
Aunque no hay soluciones mágicas para la "dignificación" de la profesión, guionista y dibujante, ironizan en el libro sobre la necesidad de "un nuevo orden mundial" más transparente y justo, en el que la parte del autor se corresponda con su importancia en el proceso de producción, con un mayor apoyo hacia la lectura por parte de las administraciones, también de cómics, desde el colegio.
"Para mi sorpresa me han dicho que el libro arroja algo de esperanza, no es que estén las soluciones, pero sí que tenemos que intentarlo. Hay una condición común a todos los que estamos en este medio: nuestro incondicional amor por el tebeo, que nos hace estar ahí pese a todo", señala Marquina.
Más tajante se muestra Codina: "Tal y como están las cosas parecemos gilipollas, pero seguiremos luchando porque nos encanta lo que hacemos".