Los puertos han sido, durante muchos años, un punto de difícil control.

Y es que no existía una tecnología para escanear el material que se almacenaba dentro de los contenedores.

Quizá por eso, algunas especies de animales y plantas llegaban hasta el otro punto del mundo con una facilidad pasmosa.

Es lo que le sucedió a una mujer española que pidió un aparador a la India, tal y como nos ha contado en Lo que viene de COPE, David García, experto en sanidad ambiental y responsable técnico de Roca Defisan, una empresa experta en plagas.

La cuestión es que esta mujer recibió en su casa un bonito aparador diseñado y producido en el país asiático, lo colocó en su casa y días después la sorpresa fue mayúscula.

Porque ese mueble no llegaba solo. En su interior, se escondían unas arañas típicas del país que, como nos ha contado el experto en plagas, eran del tamaño de "puños" y tenían una facilidad para dispersarse por la estancia: "Lo que hacen estas arañas es que todas las crías las llevan sobre el abdomen, unas 150-200 arañas, así que cuando le pegas a una de las adultas, el resto de las pequeñas salen despedidas por ahí".

Continúa David García que la situación "les obligó a clausurar la vivienda ya que, además, los insecticidas que teníamos a nuestra disposición no acababan con estos animales. Era una araña bastante grande".

Algo que sucedió hace algunos años cuando el intercambio en los puertos no estaba tan controlado. Ahora, se empiezan a utilizar tecnologías que permiten un mejor trackeo de todo lo que se recibe en el interior de los contenedores.

La procesionaria, plaga que preocupa

No necesita de la llegada a través de un puerto para hacerse fuerte en España.

La oruga de la procesionaria es ya una plaga extendida, prácticamente, por todo el territorio.

El propio experto en plagas consultado por Lo que viene de COPE nos ha contado su reciente experiencia: "Este febrero, estuvimos dando un paseo y ya se empezaban a ver las primeras orugas bajando de los pinos. El problema es que los estado larvarios cada vez están más avanzados porque lo normal sería que empezaran en mayo. Pero con el cambio climático todo esto se está adelantando".

De hecho, como explica García, antiguamente con la bajada de las temperaturas esta plaga "se regulaba sola". Y sólo se trataban pinos que se utilizaban como explotación, para madera o piñones.

"Pero, ahora, como no bajan las temperaturas lo suficiente, pues no se pueden matar las orugas", explica el experto en plagas que, además, añade: "Otro problema gordo es que están desapareciendo los pájaros insectívoros".

Además, se han restringido otras técnicas por ley que antes eran muy efectivas como las fumigaciones y se tienen que emplear alternativas como "capturar a los machos de este insecto o aprovechar la endoterapia, que consiste en hacer agujeros en los troncos del pino con un producto que va directamente a la savia del pino y cuando las orugas se alimentan, mueren".

El futuro, tratamientos más respetuosos

Y es que, en la actualidad, las empresas expertas en acabar con las plagas tienen que investigar en tratamientos cada vez más respetuosos con el entorno pero que, a su vez, les ayuden a controlar las especies invadoras.

Como cuenta García "el foco va a estar en tratamientos ecológicos y en intentar que no haya desequilibrios. Ahora, hay muchos materiales en todo el mundo y con ellos se mueven animales y plantas de todo tipo. Hay que fumigarlos y tratarlos para que no lleguen especies invasoras pero todo con productos respetuosos".

Y esto es lo que se tendrá que utilizar - y se está usando ya - para que la expansión del mosquito tigre o de la avispa asiática no sea masiva en los próximos años.