En su 'Salida de Emergencia' de este martes, Marc Vidal analiza la situación del mercado laboral en España, poniendo el foco en que aunque haya más empleo, hay menos horas trabajadas. "Es la gran paradoja de nuestro mercado laboral, las horas trabajadas se desploman al mismo tiempo que la ocupación crece", comienza su análisis.

"En base a los datos del INE, las horas efectivas trabajadas a la semana por asalariado durante el tercer trimestre fueron solo 27,85 horas efectivas, uno de los indicadores más bajos de nuestra historia reciente", detalla a Carlos Herrera.

Y es que, "este curioso escenario laboral parte de un empleo menos productivo y de peor calidad, puesto que esta contradicción se produce porque mucha gente o no tiene trabajo a jornada completa o simplemente trabaja menos de lo que desearían. Se les ocupa, pero se les ocupa menos".

"Un fenómeno que debe estudiarse y la verdad que no se hace. Se debería hacer a través de un prisma que se llama productividad marginal del trabajo, un concepto económico complejo que mide el cambio en el efecto producido por cada unidad adicional de trabajo. Si lo hacemos bien, veríamos que la reducción de horas trabajadas, incluso con un crecimiento en la cifra de empleo, no está logrando que se traduzca en un aumento proporcional de la producción económica, es muy raro", añade el analista económico.

Las diferencias entre los funcionarios y los trabajadores del sector privado

En este punto se ha fijado en las diferencias entre el sector público y privado: "Las horas semanales reales de los funcionarios son apenas 23, frente a las casi 29 efectivas del sector privado. Datos que por cierto adquieren mayor importancia y no hacen no van a hacer más que empeorar porque los sindicatos exigen reducir la jornada laboral bruta de los funcionarios a 35 horas y también hay una pretensión del Gobierno de reducir la del sector privado a 37,5 horas en las empresas".

Pero, ¿qué puede salir mal? "Todo. A medida que se sigan tuneando las cifras, aprovechando los recovecos semánticos que tiene la reforma laboral, el impacto en la productividad, en los salarios disponibles, en el poder adquisitivo, en el crecimiento, en la propia calidad del empleo derivado, todo eso nos alejarán de las economías más competitivas".

La clave "estaría en equilibrar el bienestar laboral que tiene que adquirirse con la productividad, garantizando una economía más robusta y sostenible a largo plazo".

"Para eso es imprescindible modificar el modelo de crecimiento de país, así como estamos no lo vamos a lograr. Sumando más tecnología de verdad, dejando de intervenir en todos los rincones de la economía productiva y mientras aquí hablamos de reducir la jornada y de repartir la miseria, otros países están estimulando una economía ajustada al empleo real y creando riqueza antes de repartirla, que es la clave. No muy lejos de aquí, países que hace tan solo un par de décadas eran patatales, ahora tienen abierta de par en par su propia salida de emergencia", concluye Marc Vidal.