Este viernes, la empresa de limpieza de Málaga, Limasa, ha vuelto a protagonizar la crónica municipal porque se ha celebrado la tercera sesión de la comisión de investigación. Uno de los convocados a comparecer en esta nueva sesión ha sido el presidente del comité de empresa, Manuel Belmonte, que en su exposición ha acusado a políticos de colocar a familiares en la empresa. Pero lo ha hecho sin dar nombres ni partidos. Se ha limitado a decir que le “consta” esa práctica. Pero admite que el comité no lo ha denunciado porque es un “juego” en el que también han entrado los trabajadores. En este sentido, el concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, le ha preguntado al comité de empresa si estaría dispuesto a eliminar el punto 45 del convenio colectivo de Limasa, es decir, el que permite que se hereden puestos. Belmonte respondía que discutirán sobre ese punto, igual que harán con los 75 puntos que contempla el convenio colectivo, pero no ha querido aclarar si estaría dispuesto o no a eliminar los puestos heredados; dice que eso habrá que verlo en futuras negociaciones sobre el convenio colectivo. Otro de los asuntos que se han puesto sobre la mesa en la comisión de investigación han sido las condiciones laborales de la plantilla de Limasa. Tanto Manuel Belmonte como el director del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga, Luis Medina-Montoya, han coincidido en señalar un dato: el salario base neto mensual de un operario de Limasa, el sueldo más bajo, ronda los 1.200 euros. A la pregunta de si la ciudad está limpia, el director de Medio Ambiente ha respondido basándose en la percepción que le hacen llegar personas de fuera, por lo que asegura que el centro sí lo está, aunque admite que la limpieza en los barrios es mejorable. “Si existe esa impresión de que la ciudad está sucia, por eso estamos trabajando”. Por su parte, el presidente del comité de empresa considera que falta plantilla y que los medios materiales también son insuficientes, así que la consecuencia es que la ciudad no está limpia.