En estas elecciones autonómicas de Galicia y del País Vasco ha ocurrido algo poco común, poco habitual en los comicios autonómicos porque lo habitual es que cuando un partido está en el Gobierno Nacional eso tenga una influencia positiva en sus marcas en las comunidades autónomas en las que están los escaños en juego.

De eso no ha ocurrido nada, ni para el PSOE ni para Podemos. Si nos fijamos en el PSOE en el caso del País Vasco es verdad que han crecido muy ligeramente con un escaño más pero sin duda alguna aspiraba el Partido Socialista de Euskadi a mejores resultados, y si miramos a lo que ocurrió con el PSOE en Galicia más de lo mismo o peor para sus intereses, porque es verdad que se ha mantenido con el mismo número de escaños, pero con menos votos teniendo al partido en el Gobierno Nacional.

Si nos fijamos ya en Podemos, la única palabra que puede venir a la mente es la de auténtica debacle porque Podemos en Galicia era la segunda formación y ha perdido la mitad de su poder, de sus escaños también en el Parlamento de Euskadi. De esta manera que estamos hablando de dos formaciones que han salido mal paradas en los resultados electorales tanto de Galicia como en Euskadi.