Pedro Sánchez ha anunciado este martes el plan de transición hacia una nueva normalidad que empezará a afrontar España desde el 4 de mayo, en una nueva fase de la lucha contra el coronavirus. Lo ha hecho cuando todavía colea la polémica del informe de la OCDE en el que nuestro país apareció primero muy bien posicionado para hundirse después, tras la corrección de un dato que había hecho enorgullecerse al presidente y al ministro de Sanidad.

La primera reacción tras conocer la planificación de la desescalada ha sido, en general, el desconcierto. Sobre todo, por los distintos puntos flacos del Gobierno desde que se inició la crisis. José Luis Pérez no ha querido pasar por alto estos temas para su monólogo de este martes.

"Qué importante es que nuestras instituciones sean creíbles. Parece poco, parece lo mínimo que se les puede pedir, pero realmente es importante. ¿Por qué lo digo? Hoy el presidente del Gobierno ha presentado un programa para la reapertura del país, que parece bien estructurado. En cuatro fases. Incluso con unas fechas que, es verdad, son todavía aventuradas. ¿Cuál es el problema? Que cuando le preguntas prácticamente a cualquiera qué piensa de ese plan (insisto, aparentemente bien estructurado), todo el mundo dice 'Hombre, pues habrá que esperar'. Aquello del diablo está en los detalles...

Eso ocurre, efectivamente. Porque el Gobierno, a cada paso que ha dado, ha tenido que dar varias versiones diferentes. Eso ocurre porque, efectivamente, este Gobierno, por ejemplo a las instituciones internacionales, envía datos falseados. Hinchando, por ejemplo, el número de test que se realizan. Por eso falta la credibilidad.

Por eso, el plan, aunque aparentemente tiene buena pinta, aunque aparentemente está bien estructurado y ojalá que se cumpla, todavía no es creíble. Simplemente eso. Ojalá que se cumpla. Ni tan mal".