En 2023 estaremos como en 2019. Esa es la principal conclusión que puede extraerse del informe del Banco de España, y eso que en 2049 tampoco estábamos precisamente para tirar cohetes. La economía estaba desacelerando, el modelo de crecimiento se estaba agotando y el empleo había comenzado a renquear.

El informe del Banco de España es demoledor porque baja por segunda vez las estimaciones de crecimiento y porque dice que solo vamos a recuperar lo perdido. ¿En qué quedan todos esos fondos europeos que, supuestamente, van a paliar el efecto del covid pero también van a ayudar a introducirnos en la economía del siglo XXI? Para crear un modelo de negocio más sostenible, para crear una economía basada en la tecnología, en el 5G, en elevar nuestro potencial de crecimiento para competir en una economía que aunque no podamos viajar, sigue estando globalizada.

Ese es el principal titular de este martes pero estamos en otra cosa. Estamos cambiando calles, haciendo mociones de censura, preparando elecciones y enredando. El covid y el bienestar físico de muchos hogares debería ser lo que debería preocuparnos. La conclusión del Banco de España es demoledora y si no nos ponemos manos a la obra, la cosa puede ir a peor.