Mario Draghi se convirtió en primer ministro de Italia hace poco más de dos meses, dos meses y medio. Ya tiene un acuerdo cerrado con la CE: Italia va a recibir en torno a 221.000 millones de euros para hacer su plan de reconstrucción basado en políticas medioambientales y de innovación digital, y a cambio ha pactado con las autoridades comunitarias y los países del norte, que son los que asumen la mayor carga financiera, reformas importantes: fiscal, de reforma laboral y para reducir la importante bolsa de economía sumergida que hay en Italia.

En dos meses y medio, con un importante grupo de empresarios, ha diseñado un plan de reconstrucción que en España todavía está por ver. El Gobierno lleva unos cuantos meses más.

Ese es el asunto que debería estar centrando el debate político en nuestro país. Cómo resolvemos el impacto del covid, a las personas infectadas y cómo miramos al futuro para ser más prósperos y más competitivos. Sin embargo, estamos todavía en las trincheras de la Guerra Civil porque es lo que conviene a determinados grupos políticos con una campaña electoral en marcha y con unas elecciones ala vuelta de la esquina. Mirando al siglo pasado cuando otros nos sacan ya uno o dos cuerpos de ventaja mirando al futuro.