El perfil del trabajador de los años setenta que se jubilaba en la misma empresa en que empezó a trabajar ha desaparecido prácticamente. Siempre se ha dicho que en España estaba bien valorado el trabajador que estaba siempre en la misma empresa porque era reflejo de fidelidad a la marca y a la organización, mientras que en el sistema anglosajón se veía con buenos ojos el trabajador que cambiaba porque era síntoma de un trabajador ambicioso en el buen sentido del término.

Aunque se impone el teletrabajo cada vez más, las empresas siguen concentrándose en grandes ciudades y tendemos a vivir en grandes ciudades. De los derechos laborales desde finales del s. XIX y durante todo el siglo XX al hecho de que las redes, internet, etc., se han convertido en una herramienta de control de los empleados. Por ejemplo, los 'riders' de plataformas de reparto, un caso claro de los nuevos entornos de trabajo hipervigilados. Y es que cada vez hay más trabajadores por cuenta propia y menos por cuenta ajena.

Para responder a cuestiones como si conseguirán sobrevivir los sindicatos y las organizaciones tradicionales de defensa de los derechos de los trabajadores en el futuro entorno laboral, o cómo se afronta la semana laboral de 4 días, ‘Encuentros para una nueva era’ recibe a Joaquín Nieto, director general de la Organización Internacional del Trabajo en España.

Sobre si España es un país con un diálogo social potente, Joaquín Nieto opina que “esa es una de las características que definen a España en esta crisis tan dura. Ha permitido proteger a todas esas personas, empresas y trabajadores, que hubieran sufrido muchísimo más. Se han adoptado medidas que, aunque no son suficientes para abordar todo lo que está sucediendo, ha permitido paliar los daños. Estamos pendientes de que comience la recuperación que requiere de un esfuerzo público brutal. Debe permanecer el valor del trabajo y el diálogo social en España. Se ha visto en la pandemia que los trabajos peor remunerados eran imprescindibles para sobrevivir a la situación”.

Evolucionará el estatuto de los trabajadores hacia otro modelo: “Debe ir evolucionando porque el mundo está cambiando y no solo por el impacto de las nuevas tecnologías, sino también porque hay una transición ecológica y energética que va a cambiar los modelos productivos. Sectores enteros y empresas desaparecerán mientras que otras reaparecerán. Ya había un movimiento por el que las mujeres han dicho que querían igualdad y dejar de estar en inferioridad. La regulación, el estatuto de los trabajadores en España, tendrán que cambiar y adaptarse para mejorar las condiciones del trabajo”.