¿Qué caso puede hacer más daño al Gobierno de Pedro Sánchez?

La actualidad política y judicial vuelve a sacudir al Ejecutivo en una jornada marcada por tres frentes abiertos que amenazan con tener repercusión en el Gobierno. Por un lado, la última sesión del juicio al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha concluido con las acusaciones sosteniendo que la filtración sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso respondió a un plan político, mientras la defensa ha insistido en que se trata de un “juicio paralelo” sin pruebas y que el fiscal es “inocente”. El proceso, el primero en sentar a un fiscal general en el banquillo, ha quedado visto para sentencia tras seis intensas jornadas y más de cuarenta testigos. 

Al mismo tiempo, los audios de Leire Díez, exmilitante socialista, han reavivado el debate sobre la supuesta injerencia política en el ámbito judicial. En las grabaciones, Díez se presenta como “mano derecha” del secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y asegura actuar en nombre del partido para “ver qué había detrás” de determinadas actuaciones de la Fiscalía y la UCO. En el encuentro, calificado de “confidencial”, se mencionan presuntas irregularidades en informes y gestiones, en el marco de una investigación por tráfico de influencias y cohecho que ya instruye un juez de Madrid.

El tercer frente lo ocupa la presunta trama Koldo, que vuelve a salpicar a antiguos responsables del PSOE. Una trabajadora de la Secretaría de Organización reconoció ante el Supremo que entregaba dinero en metálico para pagar gastos a dirigentes del partido, entre ellos José Luis Ábalos y Santos Cerdán. Aunque negó irregularidades, admitió que “no veía lógico” tener efectivo guardado “en el cajón”, en un caso que investiga el presunto cobro de comisiones y pagos en efectivo con sobres del propio partido.