Hay un triunfador absoluto de los comicios, Alberto Núñez Feijóo. En tiempos de parlamentos fragmentados, conseguir una mayoría absoluta parece imposible, parece un milagro pero lo ha conseguido. Cuarta mayoría absoluta de Feijóo en Galicia y del Partido Popular. Es un trato extraordinario dato desde el punto de vista del análisis que hay que hacer.

Fracaso de la coalición de Gobierno en Madrid del Partido Socialista y de Podemos. Fracasan porque Podemos desaparece en el Parlamento de Galicia y en el Parlamento vasco cae en 5 escaños, nada más y nada menos. El partido de Pablo Iglesias se lleva el gran batacazo electoral de la noche en Galicia y en el País Vasco y él se aprovecha de la caída que sufren sus socios de gobierno, o sea los votos de Podemos no se han ido al Partido Socialistas, han engordado opciones nacionalistas de izquierdas y separatistas en el caso del País Vasco.

Bildu es el que se lleva buena parte de esos votos y en el caso de Galicia el Bloque. Son dos partidos que además se benefician de la política de Sánchez y de la generosidad con la que ha tratado a estos dos partidos en el Parlamento de la Nación. Esa máquina de hacer nacionalistas e independentistas de la que acusaba a Mariano Rajoy, pues ahora empieza ya a verse que también el Sr. Sánchez está haciendo nacionalistas e independentistas con sus políticas.

Está claro, está fabricando cada vez más porque en los apoyos que han recibido tanto el partido Bildu en el País Vasco como el Bloque Nacionalista en Galicia es evidente al convertirse en segundos fuerzas después del PP y del Partido Nacionalista Vasco son gracias en gran medida a esa política generosa del señor Sánchez con sus representantes en el Parlamento de la Nación, cosa que tendrá que hacérselo mirar a partir de ahora.

La cara de Ábalos cuando ha informado de estos resultados electorales era todo un poema, era lo que para ellos ha sido sin duda un fracaso que hay que valorar también en términos nacionales porque donde más ha perdido votos precisamente el Partido Socialista está allí donde la situación económica es mucho más grave, y me refiero por ejemplo al caso de Alcoa en Lugo y en algunos otros puntos de Galicia donde se está notando ya ese enfado con el Gobierno y eso es lo que tiene que hacerse mirar el señor Sánchez.