Sufrí el atropello de un coche que circulaba marcha atrás y no tengo indemnización por el lugar en el que ocurrió

El pasado año fueron casi 400 personas, de ellas siete de cada 10 peatones tenían más de 65 años

José Manuel Nieto

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En la mayoría de las ciudades españolas, los atropellos marcha atrás siguen siendo uno de los accidentes más comunes y, a menudo, más invisibles. “En ocho de cada diez casos, la responsabilidad fue del conductor”, explica Alfonso García ‘Motorman’ en Poniendo las Calles. Sin embargo, la estadística deja claro que no siempre hay un culpable único: hay un 20% de situaciones en las que el peatón circulaba por un lugar indebido, lo que puede suponer no solo un riesgo para su vida, sino también la pérdida de cualquier indemnización.

Bea Calderón lo resume con un aviso directo: “Mucha precaución”. Porque, en muchas ocasiones, ni peatones ni conductores son plenamente conscientes del peligro de un vehículo en marcha atrás, especialmente cuando hay niños o personas mayores cerca. El pasado año, casi 400 personas murieron en este tipo de siniestros, y siete de cada diez eran mayores de 65 años. Es un dato que no se puede pasar por alto.

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La letra pequeña de la responsabilidad

En España, la responsabilidad civil de un atropello recae sobre el vehículo si el peatón circula correctamente. Pero la situación cambia radicalmente cuando la persona camina por donde no debe. “Si no está permitido y ocurre el atropello, no recibirá indemnización y, además, tendrá que responder de los daños ocasionados al vehículo y al conductor”, apunta Motorman.

Este detalle legal puede dejar a muchas víctimas en una situación inesperada y dramática: sufrir lesiones graves y no recibir compensación alguna. Es un escenario que recuerda a otros casos recientes en la carretera, como el del accidente de Cartagena, donde la conducta de las partes marcó la diferencia en la investigación.

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La importancia de respetar las zonas habilitadas para peatones no solo radica en evitar multas o sanciones, sino en garantizar que, en caso de accidente, se tengan todos los derechos legales a favor. Algo similar se subraya en otros sucesos, como el ocurrido en Plasencia o en el análisis de los vehículos con riesgo de accidente.

Un riesgo que no se ve venir

El problema con los atropellos marcha atrás es que el tiempo de reacción suele ser mínimo. En muchas calles estrechas, garajes o aparcamientos, el conductor tiene una visión reducida y el peatón, confiado, puede no percibir el movimiento del coche. “Muchas veces incluso no se dan cuenta de que un vehículo está dando marcha atrás”, advierte el experto.

La realidad es que estos accidentes representan entre el 20% y el 22% de las muertes en siniestros de tráfico en España. Las cifras son frías, pero detrás de ellas hay historias personales de dolor, como la de quienes, además de las secuelas físicas, se enfrentan a un largo proceso judicial sin garantías de obtener compensación.

La combinación de educación vial, infraestructuras seguras y responsabilidad compartida entre conductores y peatones es la única vía para reducir este tipo de accidentes. Porque un segundo de descuido puede cambiarlo todo.