
Madrid - Publicado el
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La esperanza siempre ha sido la Virtud Sobrenatural que abre caminos a la Fe y a la Acción de Dios en el hombre. Los hombres de hoy han vivido siempre esperanzados el Reino de Dios. Hoy celebramos a San Andrés Kim y compañeros mártires coreanos.
Desde el siglo XVII, la Fe cristiana había prendido en Corea, originando grandes comunidades. Pero, como la fidelidad se nota en las pruebas, esta Iglesia, sufre una violenta persecución que se agudiza en el siglo XIX.
Los gobernantes coreanos, luchan por extinguir la nueva religión que les molesta. Muchos son los cristianos que son apresados y mueren por servir a Cristo. Entre ellos, se encuentra el celoso presbítero y pastor de almas, Andrés Kim, quien había luchado en bien de las vocaciones sacerdotales y del Clero nativo.
A él le siguieron un grupo numeroso de fieles, entre los que se encuentra el insigne apóstol seglar Pablo Chong. Este nutrido elenco de creyentes, con sus sufrimientos suponen las primicias de la Iglesia coreana, regándola con su vida, entregada generosamente. No en vano, la sangre de mártires es semilla de nuevos cristianos.