
Madrid - Publicado el
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El Santo de este día vive el Amor de Dios proyectado en los demás, siempre desde una vida Consagrada. Se trata de San Nicolás de Tolentino. Nace en 1245 en Fermo (Italia). Allí tiene un Monasterio que le marca toda su vida. Es el Monasterio Agustino de Tolentino, al que perteneció, durante la mayor parte del tiempo.
Sus padres pedían insistentemente a Dios y a La Virgen un hijo. También como buenos italianos tenían gran devoción a San Nicolás de Bari. Por eso, una vez que nació, les faltó tiempo para llamarle como este Santo. Ordenado sacerdote, siempre fue un gran confesor de almas y asistente espiritual de cuantos acudían hasta él, imponiéndoles penitencias llevaderas.
Con ellas quería acercarles más a Cristo que siempre decía que su Yugo es llevadero y su carga ligera. Entregado él también al sacrificio, daba a los pobres las mejores limosnas que recibía. En los momentos finales de su estancia en esta vida, se incrementó la enfermedad que le hizo ir con muletas y ayudado por un hermano que siempre le acompañaba.
No por eso, dejó de obrar milagros, dada su confianza en la Providencia Divina que le hizo ver con antelación el momento de la partida hacia la Casa del Padre, en la Morada Eterna, hecho que tuvo lugar en 1305, después de ser confortado con el Santo Viático. Nunca dejó de profesar un gran amor a Cristo Eucaristía. La popularidad de San Nicolás de Tolentino se ha extendido por todo el territorio italiano.