El papel de los animales en el Evangelio y la Biblia

San Antón es el patrón de los animales y ellos tienen su papel en la Sagrada Biblia

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Una vaca mugiendo es una estampa bastante común en los campos de España. O unas gallinas revoloteando con complejo de águila, al rededor de un asno que observa impasible a los cerdos comiendo como... Pero ver todo esto en plena plaza de San Pedro, en el centro neurálgico de la Ciudad del Vaticano, un lugar con siglos de historia; pues impacta. Tiene la culpa San Antón, y su relación con los animales.

Las historias que cuentan de la relación del santo egipcio -y romano- con los animales le valieron para ser el santo de los animales. En el libro del Génesis, después de la luz, el firmamento y las aguas, la tierra, la hierba y los árboles, el sol, la luna y las estrellas; Dios creó a los animales:

"Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto. Dijo Dios: «Bullan las aguas de seres vivientes, y vuelen los pájaros sobre la tierra frente al firmamento del cielo». Y creó Dios los grandes cetáceos y los seres vivientes que se deslizan y que las aguas fueron produciendo según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Luego los bendijo Dios, diciendo: «Sed fecundos y multiplicaos, llenad las aguas del mar; y que las aves se multipliquen en la tierra». Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto. Dijo Dios: «Produzca la tierra seres vivientes según sus especies: ganados, reptiles y fieras según sus especies». Y así fue. E hizo Dios las fieras según sus especies, los ganados según sus especies y los reptiles según sus especies. Y vio Dios que era bueno."

Por tanto, nuestros animales, son parte de la creación, Dios los quiso y vio "que era bueno". Los animales son personajes secundarios constantemente durante el antiguo testamento, pero también tienen su hueco en la vida de Jesús. Los evangelistas tienen como icono un animal: el águila de san Juan, el león de san Marcos y el buey de san Lucas. A san Mateo le tocó el ángel.

Los animales de la Biblia

Probablemente el animal más importante al que se hace alusión en la religión católica es el cordero. Ese animal que antes era utilizado para ofrecer como sacrificios a Dios, pasa a ser el propio Dios. Jesús se convierte en el 'cordero' que sacrifica -sin quejido-, por amor a nosotros. Eso sí, para después resucitar.

Para 'el hijo del Hombre' tal vez no sea casualidad que también las 'madres' del cordero -las ovejas- tengan un gran protagonismo en la Escritura. Son las acompañantes de los pastores, los primeros testigos de la venida de Dios al mundo, en la adoración a ese bebé que acaba de nacer en un pobre pesebre de Belén. Jesús también las utiliza para hablar de nosotros, de su rebaño. Él es el 'buen pastor' que no deja que ninguna oveja se pierda y que es capaz de dejar a todas las demás, por ir a rescatar a la perdida.

La paloma es el Espíritu Santo: "Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él." Jesús nos pide que seamos "sencillos como palomas" y "volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas" en el evangelio de san Mateo.

El burro también tiene un pequeño papel en la historia más importante de la humanidad. Es el 'caballo' humilde que será la montura que guíe al Salvador a Jerusalén, para ser primero aplaudido y después crucificado. y no nos olvidemos de la serpiente, aunque mejor mencionar, que es la cabeza que pisa la Virgen María, como símbolo de coronarse como vencedora del pecado original.


 


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