Blanca de Lucía Ortiz, farmacéutica católica de Córdoba que ofreció su vida por la salvación espiritual de España tras ser arrojada al Guadalquivir
Fue presidenta de la Acción Católica en Palma del Río, su pueblo natal, y en su farmacia facilitaba medicamentos a los pobres, lo cual despertó cierta envidia en otros negocios locales que no eran tan generosos como ella

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Dice Miguel Varona Villar, director del Secretariado diocesano para las Causas de los Santos de la diócesis de Córdoba que Blanca de Lucía Ortiz, que no está claro si nació en la capital andaluza o en Palma del Río, fue bautizada en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de esta última localidad el 27 de noviembre de 1875. Su padre fue José de Lucía Herrera, agnóstico, liberal y farmacéutico, y Rosario Ortiz Carmona. Confirmada en 1878 por Mons. Fray Ceferino González en su parroquia bautismal, fue hija única, y sus padres permitieron que estudiara en Sevilla y Madrid, llegando a ser una de las primeras mujeres farmacéuticas de España.
Se casó por la Iglesia con José María Regis Velasco Álamo, juez de Palma del Río, y quedó viuda el 14 de mayo de 1919, sin hijos. Fue presidenta de la Acción Católica en su pueblo, y en su farmacia facilitaba medicamentos a los pobres, lo cual despertó cierta envidia en otras farmacias locales que no eran tan generosos como ella.
violada, torturada y arrojada al Río Guadalquivir: el martirio que sufrió Blanca de lucía
Fue detenida el 2 de agosto de 1936. Conducida al Comité de Guerra, y luego al antiguo Cuartel de la Guardia Civil, permaneció allí hasta la madrugada del 19 al 20 de agosto. Este día fue conducida al puente sobre el Río Genil, donde fue violada, le amputaron los senos y, tras torturarla, la arrojaron al Río Guadalquivir: que Dios perdone a sus asesinos. Entre otras cosas la acusaron de que había envenenado a unos niños. En vida repetía: “España está muy mal, he ofrecido mi vida por la salvación espiritual de España...”.
La historiografía atea se blanquea ocultando casos como este y atacando la obra científico-social desarrollada por la Iglesia Católica durante toda la historia de España incluida la Edad de Plata, que transcurrió en su práctica totalidad bajo la monarquía parlamentaria confesional católica del Alfonso XIII, pero los hechos fueron los que fueron y conviene recordarlos para caer en la cuenta de que malos fueron todos, no sólo algunos.
Durante muchos años hubo en el puente donde fue arrojada una placa que recordaba su martirio, pero fue quitada hace unos años para “olvidar” y resignificar el lugar blanqueando al ateísmo.





