El Papa Francisco pide una economía que "no descarta y mira a los pobres" frente a un capitalismo que "mata"

En su discurso en el encuentro 'Economía de Francisco', el Pontífice reclama un cambio de modelo urgente para evitar que "los hijos y nietos paguen una factura demasiado alta"

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El Papa Francisco ha lamentado que las generaciones más jóvenes han heredado multitud de riquezas, aunque el mundo no está siendo capaz de custodiar el planeta ni la paz. En su discurso en Asís ante un millar de jóvenes pertenecientes al movimiento 'Economía de Francisco' reunidos desde el jueves para avanzar en una economía alternativa que ponga en el centro a la persona, el Santo Padre ha otorgado a los jóvenes la responsabilidad de “convertiros en artesanos y constructores de la Casa Común”.

Una Casa Común, advierte el obispo de Roma, que “se va a arruinar” si no nos inspiramos en Francisco de Asís, que es el padre de este movimiento juvenil que cada día gana más adeptos en el planeta: “Se trata de transformar una economía que mata, en una economía de la vida, en todas sus dimensiones”, ha declarado Francisco.

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El Pontífice argentino no ha dejado de reivindicar la importancia de los jóvenes en la sociedad actual, y que debe ir creciendo, ya que de lo contrario, alerta el Papa, renunciar a sus habilidades en las empresas y en la comunidad civil implica renunciar a la creatividad, al optimismo y al entusiasmo: “Una empresa en una economía sin jóvenes son tristes, pesimistas, cínicos”, recalca.

"Se necesita un cambio rápido" para que hijos y nietos no paguen "una factura demasiado alta"

Francisco ha instado a las empresas e instituciones a avanzar en el camino de la reconversión ecológica que, considera el Sucesor de Pedro, cada vez tiene más seguidores, aunque no es suficiente: “Debemos continuar por este camino y hacer más. El maquillaje no es suficiente, hay que cuestionar el modelo de desarrollo. La situación es tal que no podemos solos esperar la próxima cumbre internacional: la tierra arde hoy, y es hoy que debemos cambiar en todos los niveles”, ha proclamado en su discurso.

En este sentido, Francisco ha señalado que esta reconversión ecológica no puede desarrollarse manteniéndose el paradigma económico del siglo XX, que “saqueó los recursos naturales y la tierra”, sostiene.

Para lograrlo, asegura el Santo Padre, el mundo debe aprender a asumir sacrificios que cambien nuestros estilos de vida que han demostrado ser insostenibles, y que nos aboca a un mundo donde “hijos y nietos tendrán que pagar una factura que será demasiado alta e injusta. Se necesita un cambio rápido y decidido. ¡Cuento contigo! ¡No nos dejes solos y danos ejemplo!”, ha reclamado.

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Francisco también ha hecho referencia a la dimensión social, relacional y espiritual que debe primar en esta 'Economía de Francisco'. De esta manera, ha recordado que la transformación ecológica debe tener en cuenta los efectos que algunas opciones ambientales tienen sobre la pobreza.

“Mientras tratamos de salvar el planeta, no podemos descuidar al hombre y la mujer que sufren. La contaminación que mata no es solo dióxido de carbono, la desigualdad también contamina mortalmente nuestro planeta”, ha subrayado el Papa.

"El capitalismo de hoy quiere ayudar a los pobres, pero no los estima"

En la ciudad de Francisco de Asís, el Papa argentino ha instado al mundo trabajar por una economía que ponga a los pobres en el centro: “Sin la estima, el cuidado, el amor por el pobre, por cada frágil y vulnerable, a los enfermos y discapacitados, a los ancianos en dificultad, no hay 'Economía de Francisco'. Diría más: una economía de Francisco no puede limitarse a trabajar para o con los pobres. Mientras nuestro sistema produzca residuos y operemos de acuerdo con este sistema, seremos cómplices de una economía que mata. Preguntémonos entonces: ¿estamos haciendo lo suficiente para cambiar esta economía, o nos contentamos con pintar una pared cambiando de color, sin cambiar la estructura de la casa? Quizá la respuesta no esté en lo que podemos hacer, sino en cómo seamos capaces de abrir nuevos caminos para que los mismos pobres se conviertan en protagonistas de cambio”, ha reflexionado.

Para el Pontifice, el sistema capitalista actual “quiere ayudar a los pobres pero no los estima”, en contraste con la economía de mercado nacido en el siglo XIII en Europa “en contacto cotidiano con los frailes franciscanos, amigos de aquellos primeros comerciantes. Esa economía creaba riqueza, claro, pero no despreciaba la pobreza”, ha opinado.


Las tres propuestas del Papa Francisco para implantar una nueva economía

Así las cosas, el Papa Francisco ha dejado tres indicaciones para expandir los principios que rigen al movimiento 'Economía de Francisco': “La primera es mirar al mundo a través de los ojos de los más pobres. Mejorarás la economía si miras las cosas desde la perspectiva de las víctimas y los descartados. Pero para tener la ojos de los pobres y de las víctimas hay que conocerlos, hay que ser sus amigos”.

La segunda receta ofrecida por el obispo de Roma a los jóvenes congregados en Asís es no olvidarse de los trabajadores, porque “el trabajo es ya el desafío de nuestro tiempo, y seguirá siendo de más el reto del mañana. Sin un trabajo digno y bien remunerado, los jóvenes no llegan a ser verdaderamente adultos, las desigualdades aumentan. A veces puedes sobrevivir sin trabajo, pero no vives bien”, advierte.

La tercera indicación es la “encarnación”: “Además de escribir y dar conferencias, estos hombres y mujeres han dado a luz escuelas y universidades, bancos, sindicatos, cooperativas, instituciones. Cambiarás el mundo de la economía si junto con el corazón y la cabeza también usas tus manos. Las ideas son necesarias, nos atraen mucho especialmente cuando son jóvenes, pero pueden convertirse en trampas si no se vuelven "carne", es decir concreción, compromiso diario”, ha proclamado.

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