Francisco pide a los fieles no romper la armonía del Espíritu con "las divisiones que fomentan los partidos"

El Papa ha presidido la Misa Crismal que da inicio al Triduo Pascual. En su homilía, ha reclamado a los fieles armonía y a los sacerdotes "perdonar siempre" a todo el que lo pida

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El Papa Francisco ha reclamado a los sacerdotes no ensuciar “la unción del Espíritu y el manto de la Madre Iglesia con la desunión, con las polarizaciones, con cualquier falta de caridad y de comunión” propia de nuestro tiempo. Así de contundente se ha mostrado durante la Misa Crismal con la que se abre el Triduo pascual y los ritos de la Semana Santa, y que ha tenido lugar en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

En su homilía, el Pontífice argentino ha recordado que el Espíritu Santo es “armonía”, por lo que crearla entre nosotros es el método más adecuado “para que la coordinación eclesial funcione mejor”, además de tratarse de “una exigencia interna de la vida en el Espíritu”, ha subrayado.

En este sentido, ha advertido que un cristiano está pecando contra el Espíritu cuando nos convertimos en instrumentos de división. Una división, asegura, que prolifera entre la clase política actual: “Se peca contra el Espíritu, que es comunión, cuando nos convertimos, aunque sea por ligereza, en instrumentos de división; y le hacemos el juego al enemigo, que no sale a la luz y ama los rumores y las insinuaciones, que fomenta los partidos y las cordadas, alimenta la nostalgia del pasado, la desconfianza, el pesimismo, el miedo”, ha alertado.

El Papa también ha pedido a los sacerdotes que sean amables: "Si la gente encuentra incluso en nosotros personas insatisfechas y descontentas, que critican y señalan con el dedo, ¿dónde descubrirán la armonía?", se ha preguntado.

"¡Cuánta gente no se acerca o se aleja porque en la Iglesia no se siente acogida y amada, sino mirada con recelo y juzgada! En nombre de Dios, ¡acojamos y perdonemos siempre! Recordemos que ser agrios y quejumbrosos, además de no producir nada bueno, corrompe el anuncio, porque contra-testimonia a Dios, que es comunión y armonía". Ha aseverado Francisco, mientras instaba a los presbíteros a “perdonar siempre” a los fieles que lo pidan.

Conmemoración del sacramento de la orden sacerdotal y bendición de los óleos

El Sucesor de Pedro, que fue dado de alta el pasado sábado después de haber estado ingresado tres días en el hospital Gemelli por una bronquitis, ha presidido la Misa Crismal en buena forma, situándose a un lado del altar como estaba establecido debido a sus problemas en la rodilla que le impiden estar mucho tiempo de pie, mientras que celebró el cardenal Angelo de Donatis.

Durante la Misa se ha conmemorado la institución del sacramento del orden sacerdotal por Jesucristo durante la Última Cena y está dedicada a la renovación por parte de los sacerdotes de los votos de pobreza, castidad y obediencia, por lo que a la ceremonia participaron sobre todo los curas de la diócesis de Roma, pero también llegados de otros puntos de Italia.

Además durante la ceremonia también se bendicen los óleos de los catecúmenos, el de los enfermos y del crisma, que se utilizan durante el año para los bautismos, confirmaciones y unción de los enfermos.

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