El médico de los pobres y la monja de los enfermos : "Los primeros santos de Venezuela"
Serán canonizados junto a otros 5 beatos, este domingo día del Domund, en una ceremonia presidida por el Papa León XIV en la Plaza de San Pedro

Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Papa León XIV va a presidir la ceremonia de canonización de siete beatos en la plaza de San Pedro. Va a ser este domingo 19 de octubre. De los siete beatos, dos son Latinoamericanos, el doctor José Gregorio Hernández y la monja Carmen Rendiles, va a ser los dos primeros venezolanos en ser elevados a los altares.
Esta es la lista completa de los nuevos santos: José Gregorio Hernández (Venezuela), Carmen Rendiles (Venezuela), María Troncatti (Italia), Vicenta María Poloni (Italia), Bartolo Longo (Italia), Monseñor Ignacio Maloyan (Turquía/Armenia) y Peter To Rot (Papúa Nueva Guinea)
LOS DOS PRIMEROS SANTOS VENEZOLANOS
La venezolana Carmen Rendiles Martínez, nació en 1903 en Caracas, sin el brazo izquierdo. Quienes la conocieron la recuerdan como una persona especialmente atenta a los enfermos, a quienes visitaba, ayudando en todo lo posible. Era una persona dulce, y con la enorme cualidad del perdón, especialmente hacia aquellos que le causaban sufrimiento.

Fue además fundadora de la Congregación de las Siervas de Jesús de Venezuela. En los últimos años de su vida se vio obligada a usar silla de ruedas, algo que no la desanimó, porque creía y decía que era su manera de cargar con la Cruz.
José Gregorio Hernández Cisneros también venezolano, como Carmen Rendiles. Estudio medicina, tras lo cual decidió meterse en el seminario al sentir vocación sacerdotal. Sin embargo, por motivos de salud tuvo que abandonarlo.

Finalmente dedicó su vida a ser médico y a la enseñanza universitaria. Gracias a su procesión se dedicó a ayudar a los pobres, a quienes incluso muchas veces entregaba dinero para que pudieran comprar medicinas. Se le conocía como el médico de los pobres. Falleció atropellado por un coche mientras entregaba medicamentos a uno de sus pacientes menos favorecidos.
DOS LAICOS COMO EJEMPLO DE VIDA
Italiano y abogado, Bartolo Longo, era famoso por ser un devoto del culto mariano y difusor del Rosario. Tras una juventud alejada de la fe, sufrió una conversión en Napoles, donde había ido a completar sus estudios de derecho.
Dedicó su vida a asistir a los más necesitados, comenzó catequizando a los campesinos del Valle de Pompeya, y renovó la pequeña y abandonada iglesia parroquial del Santísimo Salvador. Además, fundó el Santuario de la Virgen del Rosario en Pompeya, para cuya construcción se recibieron de ayudas desde Nápoles, y poco a poco, desde todo el mundo. Promovió la devoción de los 15 sábados.
Peter To Rot, es el primer beato de Papúa Nueva Guinea, y a partir de este domingo va a ser su primer santo. Catequista y padre de familia,. Fue arrestado durante la Segunda Guerra Mundial por las fuerza de ocupación japonesa. A pesar de las prohibiciones impuestas por los japoneses a las prácticas religiosas, asumió el liderazgo pastoral. Se opuso a la reinstauración de la poligamia, defendiendo el matrimonio cristiano, lo que le costó la vida, fue martirizado y envenenado en un campo de concentración

DOS RELIGIOSAS AL SERVICIO DE LA FE
Ambas italianas, María Troncatti erá religiosa salesiana, y sirvió como enfermera de la Cruz Roja en la Primera Guerra Mundial. En 1922, a los 39 años, hizo realidad su sueño misionero y se fue a la Amazonía. Allí se dedicó a ayudar en la reconciliación entre colonos e indígenas. Su milagro reconocido fue la sanación instantánea e inexplicable de un agricultor y carpintero ecuatoriano con una fractura craneal grave.
Vicenta María Poloni, fundó el Instituto de las Hermanas de la Misericordia, dedicándose al servicio de enfermos y marginados. El Papa Francisco aprobó en enero de 2025 el milagro de la curación de una mujer chilena, Audelia Parra, quien se recuperó de una hemorragia crítica contra todo pronóstico médico.
UNA HISTORIA DE MARTÍRIO
Monseñor Ignacio Maloyan, tras unos años como sacerdote en Egipto fue nombrado arzobispo católico armenio de Mardin, Turquía, su ciudad natal. Es un mártir del genocidio armenio. Fue llevado a prisión, junto con cientos de otros hombres, y torturado bajo la falsa acusación de ocultar armas. Cuando se le pidió explícitamente que se convirtiera al islam para ser liberado, se negó rotundamente.En 1915, fue ejecutado tras negarse a renunciar a su fe y convertirse al islam. Su martirio, reconocido por el papa Francisco en marzo de 2025, permite su canonización sin un milagro.