León XIV llama a Israel y Palestina a avanzar "hacia una paz justa y duradera" en la que se respeten las aspiraciones de ambos pueblos
Tras el rezo del Ángelus, el Papa cree que este acuerdo “ha dado un rayo de esperanza a Tierra Santa", y también ha rezado por el final de la guerra en Ucrania

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El Papa León XIV ha celebrado el acuerdo sobre el inicio del proceso de paz en Gaza e insta a que se respeten "las legítimas aspiraciones de los pueblos israelí y palestino", en un llamamiento al final del rezo del ángelus de este domingo en la Plaza de San Pedro.
Para el Pontífice el acuerdo firmado “ha dado un rayo de esperanza a Tierra Santa" y anima "a las partes implicadas a continuar con valentía el camino trazado hacia una paz justa, duradera y respetuosa con las legítimas aspiraciones del pueblo israelí y del pueblo palestino".
El Santo Padre ha lamentado los dos años de muertes y destrucción que han dejado estos dos años de conflicto, y ha tenido un recuerdo especial para quienes “han perdido brutalmente a hijos, padres y amigos”.
En este sentido, León XIV ha rezado para que Dios sane todas las heridas de las víctimas de las guerras y logre “volver a descubrir que el otro no es un enemigo, sino un hermano al que podemos mirar, perdonar y ofrecer la esperanza de la reconciliación".
León XIV lamenta los ataques que se siguen produciendo en Ucrania: “Diálogo y paz”
El Papa también ha tenido un recuerdo para el pueblo de Ucrania, que continúa sufriendo los ataques violentos del ejército ruso en ciudades e instalaciones civiles del país, “causando la muerte de personas inocentes, incluidos niños, y dejando a muchas familias sin electricidad ni calefacción", ha denunciado.
"Mi corazón se une al sufrimiento de la población que ha vivido en la angustia y la privación durante años. Renuevo mi llamamiento a poner fin a la violencia, a afirmar la destrucción y a abrirnos al diálogo y a la paz", ha agregado el Pontífice americano.
León XIV hizo estos llamamientos al final de la misa que celebró en la plaza de San Pedro ante miles de personas en ocasión del Jubileo de la Espiritualidad mariana.
En su homilía, afirmaba que "el mundo tiene sed de paz y justicia" y que necesita "mantener viva la espiritualidad cristiana, sin desdeñar la devoción popular a lugares y acontecimientos que han cambiado para siempre la faz de la tierra".
El Papa ha concluido encomendando a la Virgen "a toda la humanidad, y especialmente a los niños atormentados por el flagelo de la guerra e invocando "el don de la paz que tanto imploramos".