León XIV asegura que los mártires de hoy son "semilla de nuevos cristianos” a los que "nadie podrá borrar el amor que donaron”

La Basílica de San Pablo Extramuros se ha convertido en una de las citas más significativas de este Año Santo, donde León XIV ha conmemorado a 1.624 mártires del siglo XXI junto a ortodoxos, anglicanos y protestantes

Papa


José Melero Campos

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La Basílica de San Pablo Extramuros se ha convertido en una de las citas más significativas de este Año Santo, con la Conmemoración de los Mártires y Testigos de la Fe del Siglo XXI, presidida por León XIV junto a representantes de las Iglesias ortodoxas, anglicanas, protestantes y de antiguas comunidades orientales. 

Durante el acto se ha recordado a un total de 1.624 cristianos asesinados en las dos primeras décadas y media de este siglo por causa de su fe.

En su mensaje, el Papa ha recordado que el martirio sigue siendo hoy “la comunión más auténtica con Cristo”, subrayando que los mártires no son figuras del pasado, sino hombres y mujeres de nuestro tiempo: religiosas, sacerdotes, laicos comprometidos y defensores de la libertad religiosa que han pagado con la vida su fidelidad al Evangelio.

“Todavía hoy no ha terminado la persecución de los cristianos”  

En su discurso, León XIV puso rostro y nombre a ese testimonio de fe, como el caso de la hermana Dorothy Stang, religiosa estadounidense asesinada en la Amazonía en 2005 por defender a los campesinos sin tierra: “Cuando sus verdugos le pedían un arma, ella les mostró la Biblia y respondió: ‘He aquí mi única arma”. 

También ha mencionado al Padre Ragheed Ganni, sacerdote caldeo de Mosul, ejecutado en Irak en 2007 tras negarse a cerrar su iglesia: “Quiso mostrar cómo se comporta un verdadero cristiano, sin recurrir jamás a la violencia”.

El anglicano Francis Tofi también fue recordado por el Sucesor de Pedro, fallecido en las Islas Salomón trabajando por la paz: “Su entrega nos recuerda que el martirio no conoce fronteras confesionales”.

Tres casos que ponen de manifiesto, alerta el Papa, de que “a pesar del fin de las grandes dictaduras del siglo XX, todavía hoy no ha terminado la persecución de los cristianos; en algunos lugares, incluso ha aumentado”.

“La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”  

León XIV ha agradecido la presencia de líderes ortodoxos, anglicanos y protestantes, así como de organizaciones ecuménicas, y reafirma que la Iglesia Católica no quiere preservar la memoria de los mártires de manera aislada, sino en comunión con las demás Iglesias y comunidades cristianas. “Deseo reafirmar el compromiso de custodiar la memoria de los testigos de la fe de todas las tradiciones cristianas”. 

Para el Pontífice, este acto común es una semilla de reconciliación: “Queremos recordar juntos, seguros de que, como en los primeros siglos, también en el tercer milenio la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos”, ha insistido.

“Fueron asesinados en el cuerpo, pero nadie podrá borrar el amor que donaron”  

El mensaje central del Papa fue la insistencia en la fuerza pacífica del testimonio cristiano: “Han testimoniado la fe sin usar jamás las armas de la violencia, sino abrazando la débil y mansa fuerza del Evangelio”. 

Para León XIV, la memoria de los mártires no debe ser cultivada desde la nostalgia o la derrota, sino como fuente de esperanza activa: “Aunque fueron asesinados en el cuerpo, nadie podrá apagar su voz ni borrar el amor que donaron”.

El Papa ha concluido su mensaje con una llamada a la unidad de los cristianos frente a los desafíos del presente: guerras, persecuciones, odio religioso y marginación social. “Queridos hermanos y hermanas, no podemos, no queremos olvidar. Queremos recordar”, ha proclamado.

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