¿Puede un católico poner el árbol de Navidad? La respuesta de Juan Pablo II que lo deja muy claro

Los belenes y árboles de navideños se están desempolvando estos días de los trasteros o del lugar más recóndito de nuestros armarios para recobrar protagonismo en nuestros salones

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Estamos inmersos en uno de los puentes más largos del año. Más bien un acueducto. El de la Constitución o el de la Inmaculada.Millones de familias aprovechan estos días de descanso para viajar, otros para hacer las primeras compras navideñas, ver la iluminación en las calles o adornar nuestros propios hogares.

Los belenes y árboles de navideños se están desempolvando estos días de los trasteros o del lugar más recóndito de nuestros armarios para recobrar protagonismo en nuestros salones hasta el Día de Reyes.

Arbol de Navidad en Valencia

GRAFCVA7120. VALENCIA, 29/11/2023.-Un operario durante el montaje del árbol de Navidad de la plaza de la Virgen, en Valencia. EFE/ Ana Escobar

Si bien en España somos más de montar el Pesebre, lo cierto es que el árbol de Navidad ha ido ganando terreno en las últimas décadas, aunque no es incompatible una con la otra.

Aunque los defensores del Belén han argumentado que el árbol de Navidad es una tradición anglosajona y que poco tiene que ver con el catolicismo, religión mayoritaria en nuestro país, la realidad no es exactamente así.

Juan Pablo II acoge el árbol de Navidad como parte de la tradición católica

La propia Iglesia Católica ha acogido el árbol de Navidad como parte de nuestra tradición para representar el nacimiento de Jesucristo. El Papa Juan Pablo II explicó en el Ángelus del año 2004 que el árbol exalta el valor de vida, ya que durante el invierno las ramas siempre verdes se convierten en un signo de la vida que no muere.

“Se trata de una costumbre igualmente antigua, que exalta el valor de la vida, porque en la estación invernal el abeto siempre verde se convierte en signo de la vida que no muere. Por lo general, en el árbol adornado y en su base se ponen los regalos navideños. Así, el símbolo se hace elocuente también en sentido típicamente cristiano: nos recuerda el 'árbol de la vida', figura de Cristo, don supremo de Dios a la humanidad”, expuso el Pontífice polaco en el ángelus.

Asimismo, Karol Wojtyla agregó que el mensaje del árbol de Navidad es que “la vida permanece siempre verde si se convierte en don: no tanto de cosas materiales, cuanto de sí mismos: en la amistad y en el afecto sincero, en la ayuda fraterna y en el perdón, en el tiempo compartido y en la escucha recíproca”.

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El origen más probable del árbol de Navidad

Se dice que un evangelizador inglés, San Bonifacio, discutía con otras personas sobre el valor sagrado de este árbol. Existen múltiples versiones sobre el origen del árbol de Navidad. Una de las más extendidas es que San Bonifacio cortó el árbol de la vida y plantó en su lugar un pino.

Una vez hecha esta acción, San Bonifacio comenzó a adornarlo con manzanas y velas. Las manzanas representaban el pecado, mientras que las velas eran una representación de Jesucristo. Esto habría ocurrido alrededor de las primeras décadas del siglo VI. Una vez establecida esta práctica, los germanos conversos retomaron la idea para expandir el cristianismo en sus tierras.

A través de la guerra y las conquistas, la tradición del árbol de Navidad se expandió por toda Europa hasta llegar al continente americano.

Qué representa cada adorno del árbol de Navidad

El abeto navideño, aunque el marketing ha hecho que en las tiendas se vendan incluso de diferentes colores, es verde y con forma de punta, simbolizando de esta forma a la vida y el amor de Dios.

Las luces que sirven para adornarlo remiten el misterio de la Nochebuena, momento del nacimiento de Jesucristo que trae al mundo una luz de nueva esperanza. Su origen se atribuye al protestante Martín Lutero. Según se transmitió entre las generaciones, una noche el reformista caminaba hacia su casa cuando notó que el brillo de las estrellas iluminaba los árboles cercanos. Como quedó encantado con esa escena intentó reproducirla en su casa. Para ello, colocó un pino en la habitación principal y le puso alambres para sostener velas.

En cuanto a las bolitas, representan los rezos que se realizan durante el período de Adviento en el que nos encontramos inmersos a la espera del nacimiento del Hijo de Dios.

Otro de los elementos que no pueden faltar en nuestro árbol de Navidad es la estrella que se coloca en la punta, representando así la fe que debe guiar la vida del cristiano.

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