El Papa renueva el llamado a la unidad cristiana: "No somos rivales, somos hermanos en el mismo Evangelio"

Durante la audiencia general del miércoles 16 de julio en la Plaza de San Pedro, el Papa León XIV centró su catequesis en la relación histórica entre las Iglesias de Roma y Constantinopla, a propósito de la reciente visita de una delegación ortodoxa a la Santa Sede. En un gesto ecuménico cargado de simbolismo, el Pontífice retomó el lema “From Rome to New Rome” (de Roma a la nueva Roma) para subrayar la necesidad urgente de avanzar hacia la unidad entre cristianos.

"La división de los cristianos hiere el corazón de Cristo", afirmó León XIV, quien también evocó los estrechos lazos espirituales con el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla. El Papa señaló que este diálogo no es simplemente un protocolo diplomático, sino "un camino exigente que pide oración, humildad y valentía".

Del respeto mutuo a la comunión real  

León XIV quiso remarcar que los avances ecuménicos no deben limitarse a lo simbólico, sino traducirse en acciones concretas que acerquen a las Iglesias en su misión común. "No somos rivales, somos hermanos en el mismo Evangelio", subrayó.

Recordó con gratitud el trabajo de los últimos Pontífices y Patriarcas en esta dirección: "El abrazo entre Pablo VI y Atenágoras fue un gesto profético. Hoy nos toca traducir ese gesto en estructuras duraderas de comunión", dijo. También expresó su deseo de que pronto se pueda celebrar juntos la Pascua, como "fruto visible de nuestra creciente unidad".

"La unidad se construye con gestos de fe"  

El Papa invitó a los fieles a rezar por la unidad, advirtiendo contra un ecumenismo superficial o guiado solo por conveniencias institucionales. "No se trata de uniformar, sino de reconciliar. Y eso solo lo hace el Espíritu Santo, no las estrategias humanas", expresó.

Además, León XIV reiteró que este camino "no puede ser pospuesto indefinidamente", para terminar añadiendo que "La unidad no es un ideal lejano, es una urgencia pastoral. En un mundo fracturado, necesitamos mostrar que la fe puede unir lo que el mundo divide". El Pontífice concluyó pidiendo que cada comunidad cristiana asuma su parte en este compromiso: "La unidad no vendrá solo desde arriba; empieza en cada corazón que ora, perdona y se abre al otro".

En lugar de plantear alianzas tácticas o intereses compartidos, el Papa León XIV insistió en que el camino hacia la unidad entre cristianos "no puede nacer de estrategias humanas, sino del Espíritu". Subrayó que "la oración compartida, el perdón mutuo y la caridad concreta" son los pilares de un verdadero ecumenismo.