Fallece el sacerdote jesuita Stan Swamy tras 9 meses en prisión por defender los derechos de los nativos

El estado de salud del religioso de 84 años se deterioró en mayo cuando contrajo la covid-19. Durante su vida, el P. Swamy luchó por los derechos de los nativos de Jharkhand

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Ha muerto el religioso jesuita Stan Swamy a los 84 años de edad. Los último nueve meses ha estado bajo arresto en Bombay (La India) acusado de “terrorismo” por su defensa de los derechos de los nativos en el estado de Jharkhand.

El jesuita ha fallecido en un centro sanitario, dos meses después de que su salud empeorara tras contraer la covid-19 en la cárcel. Su delicado estado hizo que a finales de mayo fuese trasladado de la prisión de Taloja a ser interno del hospital de la Sagrada Familia de Mumbai. Al empeorar su estado, el anciano fue trasladado a la unidad de terapia intensiva, mientras se seguía discutiendo en los tribunales un recurso para que recuperara la libertad.

Ha sido el provincial jesuita de La India, el Padre Stanislaus D'Souza, quien ha emitido un comunicado para anunciar la triste noticia de su muerte: “Con un sentimiento de profundo dolor, aflicción y esperanza, entregamos al P. Stan Swamy al reposo eterno con el autor de la vida, que le había confiado la misión de trabajar con los nativos, los dalits y otras comunidades marginadas, para que los pobres tuvieran vida y la tuvieran en abundancia”

A pesar de la edad avanzada y la enfermedad de Parkinson que padecía, el Padre Swamy fue arrestado el 8 de octubre por la National Investigation Agency en Jarkhand, donde toda su vida trabajó en la defensa de los derechos de las poblaciones nativas locales, amenazadas por los intereses económicos. Junto con otros 15 activistas, el jesuita fue acusado de mantener contactos con la guerrilla maoísta como parte de la investigación de los enfrentamientos que se produjeron en 2018 durante la conmemoración de la batalla de Bhima Koregaon.

El Padre Swamy siempre negó estas acusaciones, alegando que en los ordenadores que le fueron incautados habían introducido algunos documentos como prueba de falsas acusaciones en su contra. En varias oportunidades los jueces de Mumbai rechazaron su solicitud de libertad bajo fianza.

El 22 de mayo, cuando se negó por primera vez a ser internado en un hospital público, pedía quedar en libertad para morir entre su gente. “Durante estos ocho meses se ha producido una lenta pero constante regresión de todas las funciones de mi cuerpo. La cárcel de Taloja me ha reducido a una condición en la que no puedo escribir ni caminar solo. Les pido que consideren por qué y cómo se ha producido este deterioro de mi salud. Es probable que mi estado se siga deteriorando e incluso podría morir muy pronto. Pero pase lo que pase quiero estar con mi gente”.

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