La difícil misión de ser catequista en la Cuba comunista: "Vivir nuestra fe podía ser a expensas de comida"

Diana Calderón, de 26 años, ha relatado en 'Ayuda a la Iglesia Necesitada' cómo ha ido creciendo en la fe que le inculcó su familia pese a las dificultades

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Diana Calderón tiene 26 años. Nacida en Cuba, desde hace una década como médica especialista en estómago. Pero también sirve como catequista en la parroquia de San Antonio de Padua, perteneciente a la diócesis de Cienfuegos. De esta manera, Diana apoya a la Iglesia cubana en su misión evangelizadora y llevando a Cristo a las nuevas generaciones, en un país donde el régimen comunista pone dificultades a la institución eclesiástica para desarrollar su actividad.

En declaraciones a 'Ayuda a la Iglesia Necesitada', Diana relató que nació en el seno de una familia cristiana, aunque su derecho a la libertad religiosa no es siempre fácil en Cuba: “Vivir nuestra fe católica podía ser a expensas de comida, familia, de trabajo y casa”, comenta.

Y es que desde que Fidel Castro ascendió al poder tras la revolución de 1959, la Iglesia vio como su libertad quedó muy limitada, siéndole confiscada multitud de prioridades eliminación de colegios católicos o la expulsión de sacerdotes y religiosas en el país.



Hoy la situación ha cambiado ligeramente, pero no tanto como debería. Sin embargo, los católicos cubanos siempre vieron en la fe una tabla de salvación y esperanza en un futuro mejor, como fue el caso de Diana Calderón: “Crecí leyendo la Biblia del Niño de 'Ayuda a la Iglesia Necesitada'. Me dio lo más importante de mi vida: la fe. Ya de adolescente, seguimos creciendo en la fe, gracias a los libros que recibíamos de ustedes. Me dieron una visión diferente de los retos y dificultades de mi país”, explicó.

Hoy Diana sirve como catequista en su parroquia para, junto a miles de jóvenes como ella, tratar de llevar la fe a las nuevas generaciones y “afronten la vida en Cuba desde la esperanza del Evangelio”.

“Formamos parte de la Iglesia cubana y la apoyamos en todo. Nuestros corazones están llenos de sueños que no se pueden cumplir, pero somos sinceros, valientes, comprometidos y muy entregados”, ha expresado.

Una labor que desarrollan gracias en buena medida a 'Ayuda a la Iglesia Necesitada', que apoyan a estos jóvenes catequistas para que tengan una formación con la que poder enseñar la fe católica. Asimismo, la fundación pontificia también les ayuda con material catequético y otros proyectos de formación.

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