La Sagrada Familia se convierte en la iglesia más alta del mundo
Tras más de 140 años de construcción, el templo de Gaudí supera los 162 metros y arrebata el récord histórico a la catedral alemana de Ulm

La Sagrada Familia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Sagrada Familia ha alcanzado los 162,91 metros de altura, convirtiéndose oficialmente en la iglesia más alta del mundo tras superar por escasos centímetros a la hasta ahora líder indiscutible: la catedral Ulmer Münster de la ciudad alemana de Ulm, que ostentaba el récord con sus 161 metros de aguja gótica. El hito se ha logrado tras la instalación de la primera gran pieza de la cruz que coronará la Torre de Jesucristo, la más emblemática y elevada del templo diseñado por Antoni Gaudí.
El brazo inferior de la cruz, una estructura imponente de 7,25 metros de altura y 24 toneladas de peso, ha sido la pieza clave que ha permitido a la basílica barcelonesa arrebatar este codiciado título mundial. Esta sección, revestida con cerámica blanca esmaltada y vidrios que brillarán bajo el sol mediterráneo, presenta una geometría única de doble giro: nace cuadrada en su base y se transforma en octagonal conforme asciende hacia el cielo. Los materiales elegidos no son casuales; su luminosidad y resistencia a las condiciones atmosféricas garantizarán que la cruz sea visible desde prácticamente cualquier punto de la ciudad condal.
Pero la carrera hacia las alturas aún no ha terminado. Cuando se complete la instalación de toda la cruz en los próximos meses, la torre alcanzará los 172,5 metros, quedando a solo medio metro de la cima de Montjuïc, la emblemática montaña barcelonesa de 173 metros. Esta diferencia no es accidental: Gaudí dejó instrucciones expresas de no superar ningún elemento natural, considerándolos "obra de Dios" y por tanto superiores a cualquier creación humana. Un gesto de humildad del genio catalán que se respeta religiosamente más de un siglo después de su muerte.

Un proceso titánico que desafía la ingeniería moderna
La colocación del brazo de la cruz ha sido una operación de precisión quirúrgica. La pieza llegó en julio dividida en cuatro paneles que fueron trasladados a una plataforma de trabajo situada a 54 metros sobre la nave central. Allí, un equipo especializado llevó a cabo durante meses las delicadas tareas de ensamblaje, instalación de los vidrios, trabajos interiores y revestimiento final con piedra.
La complejidad técnica del proyecto ha requerido maquinaria especializada y un meticuloso plan de seguridad para manejar las 24 toneladas de peso a semejante altura. Cada movimiento ha sido calculado al milímetro para garantizar que la estructura encaje perfectamente con el diseño original de Gaudí, respetando sus visiones arquitectónicas pero empleando tecnología del siglo XXI que el arquitecto jamás pudo imaginar.

La Sagrada Familia de Barcelona
Cuenta atrás para un momento histórico
La inauguración oficial de la torre de Jesucristo está prevista para junio de 2026, una fecha cargada de simbolismo: coincidirá exactamente con el centenario de la muerte de Antoni Gaudí, quien falleció trágicamente atropellado por un tranvía en 1926 sin ver terminada su obra maestra. Aunque la basílica recibió la visita del Papa Benedicto XVI en 2010 y fue consagrada como templo, la finalización de esta torre representa el momento más trascendental en la historia moderna del edificio.
Barcelona se prepara para celebrar por todo lo alto este logro arquitectónico que posiciona a la ciudad como referente mundial del modernismo y la construcción monumental. La Sagrada Familia, que lleva en obras desde 1882, demuestra que la paciencia y la visión a largo plazo pueden culminar en récords mundiales que perdurarán generaciones.






