Continúan los ataques a la Iglesia en Nicaragua: el gobierno de Daniel Ortega cierra una nueva radio católica
Tras 28 años de emisiones, la dictadura nicaragüense ha procedido a la suspensión de las emisiones de 'Radio Stereo Fe', bajo el argumento de que emiten sin licencia
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La emisora católica de Nicaragua, 'Radio Stereo Fe', ha sido cerrada por parte del gobierno de Daniel Ortega, lo que constituye un nuevo ataque contra este colectivo castigado por la dictadura.
Cuando aún no se ha cumplido una semana del secuestro del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, en las últimas horas se conocía a través de Facebook que la emisora, perteneciente a la diócesis de Estelí, deja sus emisiones tras casi 28 años de evangelización a través de las ondas.
“El día de hoy tuvimos la visita de los señores del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos, quienes nos entregaron la notificación donde nos informan que nuestra radio se tiene que apagar de inmediato”, ha expresado la radio católica.
La razón usada por este órgano gubernamental “es que la radio funciona con la Licencia a Nombre de Padre Francisco Valdivia”, sacerdote ya fallecido, “y que el nuevo director no tiene ningún permiso”. La radio católica precisó que esta es una “razón injustificable”, pues han tenido “varios directores” después del Padre Valdivia sin tener “ningún problema” en sus 28 años al aire.
Por desgracia, no es la primera emisora que corre la misma suerte que 'Radio Stereo Fe', ya que a comienzos de agosto la dictadura de Daniel Ortega clausuró otras cinco radios católicas.
Este nuevo ataque contra la Iglesia Católica en Nicaragua se produce apenas cinco días después de que la Policía Nacional secuestrara a Rolando Álvarez en la casa episcopal de Matagalpa, para someterlo a arresto domiciliario en Managua, la capital del país, a unas tres horas en automóvil.
Un grupo de sacerdotes, seminaristas y un laico, que acompañaba al obispo desde inicios de agosto en el encierro forzado por la dictadura, también fue trasladado a Managua. Ellos fueron encerrados en una cárcel de torturas para opositores al régimen conocida como El Chipote.
