El testimonio de Lía y de José, jóvenes que dedican su tiempo a estar con los mayores: "Nos aportan mucho"

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida propone dos formas de participar en la Jornada de este domingo, 24 de julio: celebrar una Misa o visitar a mayores solos

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Este domingo, 24 de julio, la Iglesia Universal celebra la II Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores 2022 con el lema, “En la vejez todavía darán fruto” (Sal 92, 15). El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida propone dos formas de participar en la Jornada: celebrar una Misa o visitar a mayores solos.

De esta segunda propuesta tienen bastante experiencia Lía, Laura, Claudia o José. Son cuatro de los jóvenes del programa “Caminando juntos”. Son estudiantes y han optado por dedicar su tiempo a acompañar a personas mayores que están solas. Se ofrecen para mejorar la vida de los abuelos, que necesitan desde que les lleven la compra o medicinas hasta que les hagan llamadas. Pero lo más importante de la labor de estos voluntarios, la mayoría de las veces, es paliar su soledad.



"El voluntariado te da un chute de energía"

Esta ayuda se ha convertido en una oportunidad para intercambiar experiencias. Las personas mayores “nos aportan mucho a los jóvenes con su manera de ver las situaciones porque ya han vivido mucho”, reconocen.

"Para mi «Caminando juntos» es una oportunidad de que se produzca un acercamiento, de que llevemos a cabo una labor de acompañamiento de las nuevas generaciones con los abuelos y con las abuelas. Y eso al final es una oportunidad para intercambiar experiencias, dificultades que ellos han tenido y que comparten con nosotros. Así también podemos ver las diferencias entre lo que ellos vivieron y lo que ahora nos toca a nosotros", cuenta José

Es como que el voluntariado te da un chute de energía, ya que es algo que transmite mucho y además sentirte como que ayudas, como que vales, como que acompaña", subraya Lía.



El testimonio de María Dolores, Hermana Hospitalaria del Sagrado Corazón de Jesús

María Dolores Jiménez es Hermana Hospitalaria del Sagrado Corazón de Jesús. Las Hermanas Hospitalarias se dedican desde siempre al cuidado de los más vulnerables, especialmente a los ancianos. María Dolores es enfermera diplomada en salud mental, por eso se dedica principalmente a cuidar este aspecto de las personas mayores.

Con el aumento de la esperanza de vida el número de personas mayores ha aumentado muchísimo. “Nosotros – explica – aplicamos un modelo de atención personalizada, cada uno de nosotros somos distintos y las necesidades también varían”:

"Estos mayores requieren una especialización en sus cuidados, a veces ni siquiera son capaces de expresar lo que necesitan. Por eso tienes que estar atenta y en alerta para cualquier cosa que puedan requerir. A medida que la edad avanza los problemas psiquiátricos son cada vez más comunes, sobre todo los ocasionados por la soledad. El de la enfermería psiquiátrica siempre ha sido un papel clave en las residencias", afirma María Dolores.




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