La reacción de Maurizio Patriciello, sacerdote amenazado por la camorra italiana, tras recibir una bala durante la misa: "Atente a las consecuencias"

La corresponsal de COPE en Italia, Eva Fernández, relata en 'Ecclesia al día' lo ocurrido el pasado domingo 28 de septiembre y la labor de la Iglesia italiana contra la mafia 

Mafia

José Melero Campos

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La historia del sacerdote Maurizio Patriciello es de perdón y entrega. Bien podría ser un guion de película sobre la mafia napolitana italiana, sobre todo por la valentía que volvió a demostrar el presbítero. 

Los hechos ocurrieron el pasado domingo 28 de septiembre. El párroco de Caivano, en plena región de Nápoles, se encontraba dando la misa dominical. Todo cambió en el momento de la Comunión, cuando se le acercó Vitorio, integrante de la camorra: “Le entregó al Padre Maurizio un pañuelo con una bala dentro”, ha relatado la corresponsal de COPE en Italia, Eva Fernández, en el programa 'Ecclesia al día' de TRECE.

Sacerdote

Lo cierto es que no es la primera vez que Patriciello sufre amenazas de la mafia, ya que desde hace tiempo recibe protección, motivo por el que Vitorio fue detenido tras la entrega de la bala al cura italiano.

No es la primera vez que Patriciello tiene un desagradable desencuentro con la mafia napolitana. Y es que hace unos años “explotó una bomba casera delante de su iglesia, poco antes de celebrar la misa”, ha recordado la corresponsal de COPE en Italia.

"Los sacerdotes se juegan la vida para denunciar a la mafia"

Y es que Maurizio Patriciello y otros sacerdotes de la zona, donde la actividad mafiosa está más implantada llevan años jugándose la vida para denunciar a sus integrantes: “Trabajan para alejar a las nuevas generaciones, hijos procedentes de familias mafiosas, de este mundo y buscarles otras salidas para que no sigan la estela de sus mayores, porque los grandes capos de la mafia se encuentran en su mayoría en las cárceles”, ha continuado explicando Eva Fernández en TRECE.

Camorra

Como ha recalcado la periodista, Maurizio Patriciello y otros presbíteros de Calabria, Nápoles o Sicilia se juegan la vida y se dejan la piel para luchar contra la camorra: “Necesitan protección porque no callan, denuncian y señalan con el dedo a todos aquellos que se acercan a la parroquia, a veces con limosna, porque las mafias quieren integrarse en las propias parroquia y los sacerdotes no aceptan ese dinero ni celebran misas por estos asesinos que no han mostrado ningún signo de arrepentimiento”.

Pese a la guerra contra la camorra, es habitual que estos curas visiten a los capos en las prisiones “por si necesitan algo”, ha indicado la corresponsal.

La reacción del padre Maurizio tras recibir la bala de vitorio

Lo que nadie esperaba es la reacción de Patriciello tras recibir la bala de Vitorio envuelta en un pañuelo. Fue escribir una carta en la que expresaba el amor que sentía hacia los capos de la mafia, y mostrando su tristeza por estar en prisión y tener las manos manchadas de sangre: “En la carta les pide 'arrepentíos”, ha puntualizado Eva Fernández.

Por desgracia, esta labor impagable de los sacerdotes no se ve correspondido por la sociedad por miedo: “No existe esa reacción necesaria de actuar contra la mafia, porque es una red de deber favores, de conseguir trabajos y hay familias que deben al menos ese silencio porque si no dejarían de traer el sustento a su familia. La mafia te concede un favor y se lo debes y sino atente a las consecuencias porque sigue habiendo muchos asesinatos”, ha lamentado Fernández.

Pino Puglisi: el sacerdote beatificado por el papa francisco tras ser asesinado por la mafia  

Italia cuenta con varios sacerdotes que fueron asesinados a manos de la camorra. Uno de ellos fue beatificado, por el Papa Francisco en el año 2013. Se trata de Pino Puglisi, quien en 1993 recibió varios disparos a manos de la mafia siciliana delante de su parroquia en Palermo tras una vida entregada a alertar a la sociedad para que no fueran cómplices del silencio que demanda la mafia a cambio de favores.

En el año 1994, Juan Pablo II denunció públicamente el daño que estaba causando la mafia. Año más tarde, Francisco aseveró que pertenecer a la mafia es pecado mortal.

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