El parentesco de Sevilla con el único Rey Santo que tenemos en España
Como anécdota, era primo hermano de otro rey santo de la época, del rey San Luis de Francia. Y su cuerpo sigue incorrupto

Madrid - Publicado el
4 min lectura
Conquistó la ciudad en 1248, poniendo fin a siglos de dominio musulmán y marcando un hito en la Reconquista. Su conquista y posterior canonización lo convirtieron en el patrón de Sevilla, y su legado perdura en monumentos, fiestas y la identidad de la ciudad. La reconquista de Sevilla, en manos de Fernando III, conocido como el santo, significaría arrebatar a Al-Ándalus su penúltima gran ciudad y dejar casi concluida la Reconquista.
Como anécdota, era primo hermano de otro rey santo de la época, del rey San Luis de Francia. Y su cuerpo sigue incorrupto.
NO ERA SEVILLANO DE NACIMIENTO
Fernando III, rey de Castilla, es el patrón de Sevilla, sin embargo nació en Peleas de Arriba, en Zamora. No nació en un palacio, ni en un castillo, sino en un albergue, que pertenecía a un monasterio, fundado para atender a peregrinos que recorrían la Vía de la Plata. Sus padres se encontraban de camino entre Salamanca y Zamora.

Monumento donde nació San Fernando en Peleas de Arriba
Fue el rey que logró unificar los reinos de Castilla y de León, además reconquisto Córdoba, Murcia, Jaén y Sevilla. San Fernando III protegió mucho a las comunidades religiosas y se esforzó porque los soldados de su ejército recibieran educación en la fe. Instauró el castellano como idioma oficial de la nación y se esmeró para que en su corte se le diera importancia a la música y al buen hablar literario. Impulsó la construcción de varias catedrales, entre ellas la gótica de Burgos, y la Universidad de Salamanca.
MURIÓ RECHAZANDO TODOS LOS SÍMBOLOS DE PODER
El 30 de mayo de 1252, moriría en los Reales Alcázares de Sevilla el rey, sucediéndole en el trono Alfonso X, el Sabio, quien continuaría su labor. Tres días tras su fallecimiento, fue enterrado el rey según su deseo en la Catedral de Sevilla, en una sepultura sin ornamentos.

Se dice que en el momento de su muerte pidió perdón por sus pecados, tiró la corona, la espada y el cetro real al suelo, se colocó de rodillas implorando al cielo y arrepintiéndose y pidiendo perdón por sus pecados a Dios y a todos los presentes.
Según se cuenta, el rey murió por hidropesía y su cuerpo quedó momificado de forma natural, atribuyéndose este hecho a un milagro divino. Gracias a ello, afianzó su título de Santo.

En 1671 fue canonizado por el papa Clemente X. Desde entonces, cada 30 de mayo, Sevilla honra al rey que la reconquistó, que murió en ella y que quiso quedarse para siempre.
MEDIA 1,70 Y SU CUERPO ESTÁ INCORRUPTO
La última inspección revela que el santo rey medía 1,70 de altura y tenía la cara como la pintó Murillo. San Fernando conserva alguna prenda original del siglo XIII como el cubrecabeza, se aprecian restos de cuero cabelludo y del bigote, así como los ropajes que le fueron colocados en el siglo XV.

San Fernando de Murillo
El cuerpo incorrupto reposa en una urna de plata en la Capilla Real, abierta al público en ocasiones especiales como el 30 de mayo, festividad del santo, y el 22 de agosto. Estas aperturas permiten a los fieles y visitantes venerar los restos del monarca, considerado patrón de Sevilla.

Estudio de la conservación de los restos del Rey
La plata de la urna actúa de bactericida natural. Pero, en el fondo, no hay explicación científica para justificar que los restos hayan llegado a nuestros días. El cuerpo está constantemente vigilado por una sonda instalada por la empresa especializada TSA que informa al segundo de los niveles fundamentales en la conservación para que se puedan tomar las medidas correctas.
La leyenda del NO8DO en Sevilla, hasta en el alcantarillado
Existen numerosas teorías sobre el origen de la palabra NO8DO, que es símbolo de Sevilla y que aparece en banderas y hasta en el alcantarillado. Se la identifica con Alfonso X y con su padre san Fernando.

La leyenda más extendida la liga directamente con Alfonso X El Sabio. Un lema que el rey inventó para dar gracias a Sevilla. Este lema sería “No me ha dejado”, refiriéndose al acogimiento que tuvo de sus habitantes, cuando era perseguido por su hijo Sancho.
Según otra historia,menos extendida, sería el padre de Alfonso X, Fernando III El Santo, quien habría empleado la frase “No me ha dejado”, para referirse a que la Virgen no lo dejó de lado cuando logró reconquistar la ciudad en el año 1248.
En cualquier caso San Fernando está presente en otros muchos símbolos y acontecimientos de la ciudad. El escudo de armas de Sevilla, representa a Fernando III el Santo, quien conquistó la ciudad en 1248. El monarca porta una esfera terrestre y una espada; a ambos lados se encuentran los obispos San Isidoro y San Leandro, clérigos católicos vinculados a Sevilla y a la casa real visigoda.

La Lobera era la espada del rey Fernando III el Santo, hoy en día conservada como reliquia en la Catedral de Sevilla, de donde cada año es sacada en procesión para conmemorar la reconquista de Sevilla en 1248 por dicho rey.