Nació para ser marqués y murió contagiado de peste cuidando a enfermos en un hospital

San Luis Gonzaga se educó en la corte de los Medicis y fue paje de el Príncipe de Asturias

Ana Palacios de Elías

Madrid - Publicado el

2 min lectura

Como la historia de un cuento, Luis nació para heredar el titulo familiar, Marqués de Castiglione. Y para ello fue educado, tuvo una infancia principesca, rodeado de lujos y los mejores educadores. Pero renunció a todo, por amor, a Cristo.

UNA INFANCIA RODEADA DE TODOS LOS LUJOS

Luis Gonzaga estaba destinado a vivir una vida de lujos, pero prefirió abrazar los votos de la vida religiosa. A los 9 años, fue enviado, junto a su hermano, a Florencia. Allí comenzó su educación como futuro marqués en una de las cortes más imponentes de la época, la del gran duque Francisco de Medicis. Una corte, que junto a la grandeza, estaba llena de intrigas y de engaños, algo que a Luis no le gustó nada.

Prefiere tomar distancia y se traslada a vivir la mansión de un pariente suyo, donde comienza a leer libros de un jesuita. Ese es su primer contacto con la que después sería su vida.

Su siguiente paso fue la corte de Madrid, llegó a España acompañando a María de Austria, que era hija del emperador Carlos V. Aquí pasa a ser paje de acompañamiento del entonces príncipe de Asturias. Una vida muy completa, que sin embargo a Luis no terminaba de llenar.

 RENUNCIA A SU TITULO de marqués  

Luis decide con tan solo 18 años que quiere entrar en la compañía de Jesús, pero necesita el permiso de su padre. En un primer momento el marqués no quiere ni oír hablar de perder al heredero de tu titulo. Pero la determinación de Luis era tan fuerte, que al final tuvo que dar su consentimiento.

Luis renuncia en ese momento a su titulo en favor de su hermano Rodolfo y se pone en camino a Roma donde es admitido en el noviciado de San Andrés.

 SE CONTAGIA DE LA PESTE AYUDANDO A LOS MÁS POBRES  

Un tema familiar le hace volver a Roma para ayudar a su hermano. Al año siguiente llega una ola de peste y hambre a Italia. Luis Gonzaga no se lo piensa, y se pone a pedir limosna para los enfermos y los transporte el mismo sobre sus hombros.

Al año siguiente Italia fue azotada por una ola de peste y hambre y Gonzaga se lanzó a ocuparse de las víctimas de la plaga. Se puso a pedir limosna para los enfermos y transportaba físicamente al hospital a los que encontraba por las calles.

Lavaba a los enfermos, les daba de comer y les preparaba para los sacramentos. Al final, Luis contrajo la enfermedad, estuvo muy grave pero en un primer momento pareció mejorar. Aún así, no logró recuperarse del todo, la tos y la fiebre no le abandonaba. Sabiendo que iba a morir, pidió recibir la comunión, y moría con tan solo 23 años.

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