Luis Argüello pronostica un cónclave "no muy largo" y asegura que está deseoso de colaborar con el nuevo Pontífice

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Monseñor Luis Argüello, ha participado en el desayuno del Foro de la Nueva Comunicación, que organiza el grupo Nueva Economía Fórum. Ese mismo desayuno ha tenido como protagonista a José Luis Restán, presidente del Grupo Ábside Media. En él, se ha repasado cuáles son los retos a los que se enfrenta nuestro grupo comunicativo. 

Argüello ha comenzado su intervención haciendo referencia a uno de los temas más comentados de la actualidad, el apagón que se produjo en toda la península durante el pasado lunes 28 de abril. En el desayuno se ha comentado la gran importancia que tuvo la radio para mantener informada a la población y la locura colectiva que se ha desatado para conseguir un transistor a pilas. El presidente de la CEE ha recordado que, cuando él era pequeño, no existían estos transistores y que para escuchar la radio sin electricidad, se usaban las radios de galena. En concreto, Argüello ha compartido que él la utilizaba para escuchar los combates del legendario boxeador José Manuel Urtain, allá por los años 70.

Una reflexión sobre el reto social y evangélico

Más allá de la anécdota, Monseñor se ha fijado en cómo, en medio de la efervescencia de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el Grupo COPE sigue buscando ser un grupo católico. Más allá de la obviedad, ha recalcado Argüello que a lo que se refiere con este término es que, como grupo, hay que poner en relación "rostros y estructuras, las cuestiones que afectan al corazón y las personas, con las que afectan a la política y la economía, que ponga en relación lo que pasa aquí y en otros lugares del mundo". 

Esa es la pretensión que tiene la Conferencia Episcopal con el Grupo COPE, que sea un cauce para comunicar el Evangelio. Aunque, evidentemente, como grupo de comunicación, plantea una doble pretensión, porque "un grupo de comunicación es un instrumento político, no lo podemos negar". Monseñor Luis Argüello ha reflexionado sobre el papel que también debe jugar el grupo como instrumento político que es la defensa de la democracia ante su profunda crisis provocada por los llamados "regímenes iliberales".

Un doble propósito

Argüello ha destacado que el reto ante el que estamos es grande, en medio de esa crisis hace falta defender algunos puntos como "un poder judicial independiente, una prensa libre y una sociedad que quiera organizarse". Esa organización debe servir para hacer una reflexión colectiva en torno a nuestra convivencia y a cómo organizamos el poder.

El desafío plantea un doble propósito que nos lleva a ciertas contradicciones, "desde el punto de vista de la vida social, del instrumento político, hablamos de poder; desde el punto de vista de la evangelización, de dar la buena noticia, hablamos de gracia". La contradicción reside en que, por un lado hay que manejar el poder y los asuntos económicos y por el otro lado esa atención esencial que predica el Evangelio hacia los más pobres y desfavorecidos. El arzobispo de Valladolid ha concluido con una frase que resume a la perfección esa doble tarea: "Tenemos que ver cómo seguir conjugando fidelidad y novedad en tiempos de radio galena y de inteligencia artificial"

sobre el cónclave

El presidente de la CEE también ha hecho declaraciones a los medios que estaban en el desayuno. Evidentemente, le han preguntado sobre el Cónclave y sobre los cardenales españoles. Argüello ha expresado su seguridad en que los cardenales españoles ayudarán a decidir lo que es mejor para la Iglesia. También ha dicho que no cree que el Cónclave sea muy largo.

Sobre el nuevo Pontífice y sus preferencias, ha expresado que está completamente abierto a recibir a quien sea con "un espíritu libre y sin prejuicios, ni preferencias". Ha expresado su deseo, tanto a nivel personal, como a nivel de presidente de la CEE, de "colaborar con el nuevo sucesor de Pedro en el anuncio del Evangelio".