"Los niños también pueden sentir la emoción de encontrarse en la Sagrada Escritura un mensaje de amor"

Estefanía Landeras lanza su primer libro infantil "Celeste y la fortaleza" y explica a ECCLESIA cómo mejorar la disposición de los más pequeños para conectar con Dios y su Palabra

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Hoy en día transmitir la Palabra es un desafío. Todo lo relacionado con la Biblia y la profundización de la fe se trabajan para el público adulto y hay poco énfasis en la tarea de evangelizar al mundo desde la niñez. De hecho, el mismo Jesús nos pide que pensemos como niños para acceder al reino de los cielos. “Muchas veces olvidamos que Jesús también fue un niño y compartía tiempo con Dios, a los 12 años le gustaba ir al templo y aprender de la Palabra”.

ECCLESIA ha hablado en este Domingo de la Palabra con Estefanía Landeras, que ha lanzado su primer libro infantil, Celeste y la fortaleza’(Editorial Bendita María). Se trata del primero de los siete libros de la colección con los que la autora busca explicar a los más pequeños, a través del arte, los dones espirituales: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Todo surgió a través de la pintura, cuando la artista sintió “transmitir mi fe y hacerlo a través de obras que fueran ventanas del cielo y un altavoz del cielo en la tierra. Empecé pintando los dones del Espíritu Santo en este diálogo, con esas siete obras”.



Espíritu

Para ello, esta madrileña de 42 años y madre de cinco hijos se sirve de Celeste, una niña de ocho años que tiene un amigo diferente, una libélula llamada Ruaj (palabra hebrea que se traduce como ‘espíritu’). Juntos recorrerán a lo largo de esta colección el camino hacia la fuente de la felicidad.

“Así que pensé que sería una maravillasi los niños conocieran todos estos regalos que tiene el Señor tan grande para ellos”. Además del propio texto, el libro ofrece recursos dentro del arte, de la narrativa y de la fe: “Tiene recursos que están arraigados a nuestra fe, como es la alegría que te produce cuando vives cerca de Dios y cuando conoces la vida a través de los ojos de Su misericordia. Así lo hemos intentado plasmar para que a los niños también abran sus ojos y su corazón”.

La oración, un "arma de bien" para la batalla de la adolescencia

Y es que nuestros niños también pueden sentir la emoción de encontrarse en las Sagradas Escrituras un mensaje de amor de su Padre, incluso pueden fortalecer su amor por Jesucristo para que sientan un mayor deseo de ser como Él. La fe de un niño es pura, al igual que su corazón y su imaginación.

Esta pureza les permite acercarse de una manera más real y genuina a las grandes verdades y estar siempre en la mejor disposición para conectarse con Dios y su Palabra. Los niños tienen ese sello. Cuando tú a un niño le hablas de la verdad, le acercas a la belleza. Ellos prestan oído de una manera espectacular y además reconocen rápido el bien y reconocen rápido si les estás engañando". Los niños tienen una genialidad que es "estupenda", y todo lo que vayan aprendiendo en la niñez les va les va a ayudar en la adolescencia. "Con lo cual, que puedan conocer estos recursos que Dios nos da, son «armas» que van utilizar para lidiar «sus futuras batallas». La oración es un arma «de bien» que nos protege, nos ayuda, nos guía y nos construye”, concluye.


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