Elitha dudó en abortar, perdonó el abandono de su pareja y los abusos de su madre y, años después, una llamada hace que vuelva a Dios

La vida no ha sido fácil para Elitha y Sayra, a las que los obstáculos le hicieron alejarse de Dios. El proyecto 'Amar siempre más' que nació en la parroquia San Ramón Nonato de Madrid les hizo recuperar la fe 

'Amar siempre más'

José Melero Campos

Publicado el

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Hace unos años la parroquia San Ramón Nonato de Vallecas, en Madrid, puso en marcha la iniciativa pastoral 'Amar siempre más', que ofrece una atención integral en el ámbito familiar, social y familiar.

Un proyecto que, con el paso del tiempo, se ha ido extendiendo a otras parroquias de la capital de España. Para Sayra y Elitha 'Amar siempre más' fue su salvavidas para seguir adelante y, actualmente, colaboran activamente en la iniciativa.

Ecclesia

“No solo ayudamos a las personas que llegan a nuestras casas con un plato de comida, sino algo más, les damos una familia y a Cristo”, ha comentado Elitha en 'Ecclesia', donde asegura convencida que “Cristo es la solución de todo, ya no solo de problemas materiales o de necesidades, sino necesidad de familia, porque muchos de los que llegan no tienen experiencia de una familia. Sin Cristo todo es soledad, vacío, es horrible, el mundo parece el infierno. 'Amar siempre más' es luz, ilumina los barrios, la soledad, la tristeza y da esperanza”, ha agregado.

Sayra volvió a Dios tras la enfermedad de su hermano: "que de la noche a la mañana pierdas todo es muy duro"

Cuando Sayra llamó a la puerta de 'Amar siempre más', estaba alejada de Dios pero con necesidad de ayuda material. Con el tiempo todo fue cambiando: “El proyecto me ha ayudado a crecer espiritualmente”.

La vida de Sayra y su familia dio un vuelco de 180 grados en Perú cuando a su hermano, con 19 años, fue diagnosticado de un problema ocular que le dejó invidente. En su país no había opciones de tratamiento, por lo que recalaron en España. “Yo no quería venir a España pero el Señor tiene un propósito para nosotros y nos abrió la puerta aquí”, ha explicado Sayra.

'Amar siempre más'

Tras una breve estancia en Sevilla, se trasladaron al Puente de Vallecas en Madrid, donde conocieron 'Amar siempre más'. Como hemos comentado, la fe de Sayra estaba en horas bajas: “Dejé de creer porque pensé que si mi hermano y mi familia eran tan católicos, por qué está sucediendo todo esto”.

 

Sayra fue recibida en el proyecto de San Ramón Nonato con los brazos abiertos: “Fuimos avanzando en la fe en los grupos de jóvenes y adultos”.

Para la peruana, Madrid ofrece una gran ayuda a su hermano para hacer frente a su discapacidad visual, como son los sonidos de los semáforos: “Yo iba estudiando las calles de Madrid y escuché el sonido de los semáforos para cruzar y yo le enseñaba a mi hermano. Le ayudó mucho para cruzar. Se fue adaptando luego a los autobuses y los metros”, ha recordado.

Su hermano, progresivamente, también va recuperando la fe tras el varapalo médico que recibió en Perú: “Tener 19 años, estudiar una carrera y que de la noche a la mañana pierdas todo es muy duro, y gracias al proyecto mi familia ha ido reforzando su fe”, ha puntualizado.

'Amar siempre más'

Elitha: una infancia de dolor que cambió gracias a 'amar siempre más'

La historia de Elitha también es dura. Como Sayra, pasó de beneficiaria a trabajadora de 'Amar siempre más'. Su infancia en Perú fue dura, marcada por abusos y dolor. A los nueve años tomó la decisión de alejarse de Dios. “Siempre estaba enfadada, no sentía alegría ni amor”.

Con ocho meses de embarazo no deseado, sin trabajo y con presiones para abortar, Elitha llamó a las puertas de 'Amar siempre más': “Pensaba que mi vida era un desastre, pensaba que era horrible, que es lo que había escuchado desde niña”, ha explicado en 'Ecclesia'.

'Amar siempre más'

Todo empezó a cambiar en el proyecto, cuando fue acogida como una más de la familia de 'Amar siempre más'. “La gente sin conocerme me preguntaba cómo estaba, me servía la comida... Levantaron mi dignidad, me decían ' tu vales”.

Cuando se puso de parto, Elitha fue trasladada al hospital por el coche de 'Amar siempre más', lo que reforzó su idea de que “eran una familia”. “Si me hubieran ofrecido solo pañales y una casa, porque mi hijo nació en la casa de acogida, no hubieran hecho nada conmigo, pero dieron familia y a Cristo”, ha continuado relatando.

Y es que en el proyecto, Elitha descubrió el desorden corporal y las carencias afectivas que arrastraba desde su infancia. A ello se sumaba las relaciones fallidas: “El padre de mi hijo me dejó plantada con cuatro semanas de embarazo y ha sido un proceso de sanación y de perdonarle”.

Durante el proceso de sanación, Elitha fue acercándose de nuevo a Dios y a confesarse o comulgar. Su cuenta pendiente era arreglarse con su madre, a la que guardaba rencor por una infancia muy dura.

“Cuando mi madre estaba contagiada de covid estuvo meses en coma y se moría. Me di cuenta que todavía le guardaba resentimiento, había dolor tremendo porque no le podía dar un abrazo, no le podía dar un beso o decir te quiero porque sentía rechazo hacia ella, porque yo recibí rechazo de ella”.

'Amar siempre más'

Una familia, la de Elitha, donde las creencias de brujería estaban muy presentes, al igual que el alcoholismo de su padre: “Somos siete hermanos y todo era horrible, mis padres fueron a la cárcel por abandono, sobrevivíamos como podíamos, no pasamos hambre porque vivíamos en el campo y teníamos que comer”, ha recordado.

Pero la sanación que ha experimentado Elitha, le permite hoy ver la vida con esperanza.

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