Argüello muestra su perplejidad ante la guerra abierta entre el Gobierno y Madrid: "Pedimos responsabilidad"

El Secretario General de la CEE ha reclamado que los equipos científicos que asesoran a los gobiernos tengan más peso en las decisiones que se tomen sobre el coronavirus

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El Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello, ha mostrado su perplejidad ante la guerra desatada entre el Gobierno Central y la Comunidad de Madrid derivada de la gestión de la covid-19: “Como cualquier conciudadano, estamos perplejos que ante una situación grave no haya acuerdo”, lamenta.

Una guerra abierta entre ambas administraciones que, para el portavoz del organismo episcopal, es contradictoria si se repasan las constantes demandas de unidad que llegan desde la clase política para hacer frente al coronavirus: “Piden unidad y al tiempo observamos constantemente piedras de división en el camino. Apelamos a la responsabilidad de los ciudadanos para contribuir a detener la expasión de la covid-19 y salir de cualquier estrategia de enfrentamiento”, remarca Mons. Argüello.

Ante esta situación, el portavoz de la CEE ha reclamado que los equipos de profesionales sanitarios conformados para asesorar a nuestros gobernantes, tengan una mayor autoridad: “Es cierto que ante asuntos graves y delicados como son la movilidad o las libertades básicas, corresponde a las instituciones políticas tomar la decisión. Pero parece importante que, en la pandemia, la opinión de los equipos científicos independientes tengan una voz más grande”, considera el Secretario General.



Así las cosas, ha reclamado a los responsables políticos que logren acuerdos para que los ciudadanos salgamos de esta perplejidad: “Parece que se busca el enfrentamiento afirmando cada uno lo propio, y no es momento para eso, sino de realizar una propuesta de bien común que precisa del acuerdo de las instituciones y responsabilidad ciudadana”.

Mons. Luis Argüello ha añadido que estas tensiones también se están produciendo en la comunidad cristiana, cuando se pone la fe al servicio de la ideología: “Que tengamos en la iglesia planteamientos diferentes sobre la economía o la política es legítimo, porque formamos parte de la sociedad. El problema es poner la fe al servicio de la ideología, y esto genera tensiones en la comunidad cristiana”, sostiene.

“Cómo ser signo de reconciliación y comunión si no llevamos mascarilla en la inteligencia o en el corazón que nos permita salir al paso de lo que son situaciones en los que la dignidad, la libertad o la justicia social están puesta en juego. Por ello, hago un llamamiento al pueblo católico y a los ciudadanos que quieran escucharnos, que ejerzamos con responsabilidad cívica el cuidado mutuo con espíritu de concordia y amistad civil que brotan de la fraternidad que procesamos al invocar a un padre común”.

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