El apoyo de Cáritas a una familia al que el Estado le ha denegado una beca a su hijo: "Nos da esperanza"

El desempleo y la inflación hace que la situación de Ana, con 6 hijos a su cargo, sea delicada. Es otra de las beneficiarias de Cáritas Toledo, que le ayuda con el pago de facturas

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José Luis Lanao llegó procedente de Colombia a nuestro país el pasado 17 de febrero junto a su esposa María José y a su hijo Dante, de cinco años. Pronto descubrieron que el dinero que traían ahorrado le daba para poco más que pipas, ya que el Peso está muy devaluado respecto al Euro:“Se nos iba el dinero como agua por las manos”, ha puntualizado en ECCLESIA el propio José Luis.

Actualmente salen adelante gracias a Cáritas, que les proporciona una habitación, alimentos y hasta ayuda para afrontar el pago del material escolar, ya que el Estado les ha denegado la solicitud de una beca para sufragar los libros de texto y solicitar el comedor social.

“Al final de curso nos tomaron los datos para inscribirnos a las becas de libro y comedor escolar del niño, pero desafortunadamente hace ocho días no aceptaron la beca por no presentar renta. Tenemos hasta el 30 de agosto para presentar alegación, pero no podemos pagar 83 euros por los tres libros de texto en nuestra situación”, ha lamentado.

Cáritas ha cambiado la vida de esta familia latina que al llegar a España hicieron escala en Barcelona, se trasladaron a Madrid donde no encontraron una habitación donde hospedarse, y finalmente recalaron en Toledo, donde la entidad de la Iglesia les dio acceso a los servicios básicos.

Como tantas familias al otro lado del Atlántico, se marcharon en busca de un futuro mejor, el que les arrebata la pobreza o la inseguridad su país de origen: “En Colombia hay mucha violencia e inseguridad. Mi esposa era docente en una zona roja, es decir, un lugar donde hay mucha presencia de grupos armados, entonces viendo la situación tomamos la decisión de que no queríamos eso en nuestras vidas y optamos por darle un futuro mejor a nuestro hijo y venir a España”, ha detallado.

Actualmente residen en el piso que les proporcionó Cáritas en el barrio toledano del Polígono, lo que les permitió empadronarse y escolarizar a su retoño. Además, acceden a los alimentos gracias al economato de la ONG de la Iglesia. Asimismo, les ofrecen talleres para mejorar sus competencias a la hora de acceder al mercado de trabajo español: “Mi mujer este lunes entrará en un curso de auxiliar infantil y le viene bien porque seguirá el mismo perfil que en Colombia. Tenemos fe en que salga bien”.

Y es que la familia de José Luis Lanao estará eternamente agradecida a Cáritas por darles una esperanza, la que no les ha proporcionado las administraciones públicas: “El Estado no nos ayuda en nada, solo Cáritas nos ha abierto la puerta. Es un privilegio que no todo el mundo tiene”, ha recalcado José Luis en ECCLESIA.

El testimonio de una madre en paro con seis hijos: “Cáritas nos ayuda con las facturas”

Ana tiene seis hijos, entre ellos un bebé de cuatro meses. Junto a ellos sobrevive como puede en la localidad toledana de Nambroca junto a su pareja. Ninguno de los dos están empleados, por lo que sus ingresos proceden de las ayudas públicas y de Cáritas.

El marido de Ana, de origen marroquí, tuvo problemas para regularizar su situación en España. Ahora, una vez resueltos, trata de encontrar un trabajo con la ayuda de los trabajadores sociales, aunque al no disponer de vehículo propio la búsqueda se complica.

En este contexto, Cáritas es un pulmón para la supervivencia de la familia, máxime en un contexto de inflación o de inicio de curso escolar: “Nos ayudan con el pago de las facturas, el alquiler, el material escolar... depende del mes”, asegura Ana en ECCLESIA.

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La subida de los precios hace que a principio de mes, la cuenta corriente de la familia esté a cero en los primeros días: “Así es imposible pagar facturas. Algunas las acumulamos, pero acabamos pagando porque no me puedo quedar sin luz”, agrega.

Cuatro de los hijos están escolarizados, por lo que afrontar el coste de la vuelta al cole es tarea imposible sin la ayuda de la entidad de la Iglesia: “Cáritas nos da el material, pero no llega, también tengo que pedir las becas para libros y comedor escolar, y aún así tampoco llegamos”, lamenta.

Ante la proximidad del invierno y con el precio del gas desbocado, Ana asegura no saber qué hacer: “Tendremos que seguir recurriendo a Cáritas o a quien sea para que nos ayuden”, ha señalado.

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