La maravillosa historia de Jaime y su nieto que caminan juntos hacia Santiago: "Es mi compañero"
Javier Escartín sigue caminando hacia Santiago de Compostela y en el último episodio de 'Diario de un Peregrino' salió desde Sarrià hasta llegar a Puertomarín
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Javier Escartín sigue caminando en 'Diario de un peregrino' hacia Santiago de Compostela. En esta vigesimoctava etapa salió desde Sarria hasta llegar a Puertomarín, en una etapa de 22 kilómetros.
Al acabar la etapa, Javier tiene la posibilidad de hablar con Jaime y su nieto Santi, que han hecho el Camino de Santiago tres veces y esconden una maravillosa historia. Llevan desde 2016 haciendo el camino con alrededor de 1600 kilómetros en sus piernas. Empezaron a caminar cuando el pequeño Santi estaba pasando por momentos complicados y el abuelo Jaime ya había perdido la costumbre de hacer deporte o andar.
"Todo el mundo quería hacerse fotos con el pequeño y el abuelo"
"Fue una idea de pronto de los dos, Santi estaba pasando por una época un poco complicada y los padres me ofrecieron a ver si haciendo el Camino de Santiago era algo que nos podía sentar bien a los dos" le cuenta Jaime a Javier. En un principio la madre de Santi pensó que era toda una broma: "Yo ya había perdido la conexión con el deporte, no estaba preparado para andar mucho y Santi con 7 años era la sensación del Camino".
Sin embargo, Jaime asegura que "ocurrieron cosas que nos hicieron convertir en verdaderos peregrinos en ese primer Camino desde Sarriá". Esta peculiar pareja se hizo popular entre los peregrinos. El abuelo asegura que "al principio fue bastante duro porque no estás acostumbrado a hacer 24 kilómetros en un día y por la noche a mí me dolían las orejas y al día siguiente fue complicado con un niño tan pequeño, sus piernas empezaron a protestar. En todo caso, Santi era famoso y todo el mundo quería hacerse fotos con el pequeño y el abuelo, erábamos una pareja bastante atípica".
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"Es mi compañero"
Jaime recuerda el momento cuando llegaron a Santiago: "Todo el mundo abrazándonos, se veían grupos de seminaristas coreando el nombre de Santi". El pequeño Santi confiesa que "en ese primer camino no era muy consciente de lo que estaba pasando, fue una experiencia muy bonita que muy poca gente puede decir que lo ha vivido".
Sobre su relación con su abuelo, Santi afirma que "no empezó en el Camino, antes ya hacíamos cosas, él tenía un barco y salíamos a pescar. Creo que es un compañero que me va a acompañar durante toda mi vida".
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