Carta pastoral del arzobispo de Burgos: Paz en la Tierra

Mario Iceta asegura que la llegada de un año nuevo es una nueva oportunidad para amar con acciones concretas", porque nuestra fe solo es creíble si se fundamenta en el amor

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¡Feliz Año Nuevo! ¡Feliz 2023! Y es feliz, porque –en medio del dolor del mundo, de la tormenta que a veces nos asola y de las vicisitudes de la historia– seguimos dándole razones a la vida y al amor para creer que, con Dios, cada mañana resucita el corazón de la esperanza.

Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una paz duradera. Con este título tan significativo, el Papa Francisco recuerda, en su mensaje para la celebración de la 55ª Jornada Mundial de la Paz que hoy celebramos, la importancia del diálogo y la ayuda mutua entre las generaciones. Este diálogo se fundamenta en la educación y en el trabajo.

Efectivamente, como afirma el Santo Padre, «Aunque el desarrollo tecnológico y económico haya dividido a menudo a las generaciones, las crisis contemporáneas revelan la urgencia de que se alíen. Por un lado, los jóvenes necesitan la experiencia existencial, sapiencial y espiritual de los mayores; por el otro, los mayores necesitan el apoyo, el afecto, la creatividad y el dinamismo de los jóvenes».

Esta oportunidad de construir juntos la paz «no puede prescindir de la educación y el trabajo, lugares y contextos privilegiados para el diálogo intergeneracional». En este nuevo tiempo en el que somos llamados a renacer del agua y del espíritu (cf. Jn 3, 5-7), el Señor –con su incansable testimonio– nos invita a curar, a esperar, a acompañar, a sostener y a cuidar para edificar el Reino de paz, justicia y fraternidad, sostenidos por el Espíritu Santo. Y, para ello, hemos de dejarnos cambiar el corazón por Aquel que más nos ama (cf. Jn 13, 34) y que espera sin reproches al otro lado de la puerta, aunque tantas veces no escuchemos su llamada.

Con respecto a la necesidad de la educación para el diálogo intergeneracional, el Papa Francisco sostiene que esta realidad «debe ser acompañada por un compromiso más consistente orientado a promover la cultura del cuidado». Así mismo, afirma el Santo Padre, «es más urgente que nunca que se promuevan en todo el mundo condiciones laborales decentes y dignas, orientadas al bien común y al cuidado de la creación. Es necesario asegurar y sostener la libertad de las iniciativas empresariales y, al mismo tiempo, impulsar una responsabilidad social renovada, para que el beneficio no sea el único principio rector».

Hoy, con mucha fuerza, vienen a mi mente las palabras que el Papa san Juan Pablo II pronunció en la encíclica Redemptor hominis, donde afirmaba que «el hombre no puede vivir sin amor». Su vida «está privada de sentido si no se le revela el amor», escribía, «si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente». Precisamente por esto, «Cristo Redentor revela plenamente el hombre al mismo hombre» (n. 10).

La llegada de un nuevo año es, por tanto, una nueva oportunidad para amar con acciones concretas, teniendo siempre presente que nuestra fe solo puede ser creíble si se fundamenta en obras de amor: «Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor» (1 Jn 4, 7-8).

Al fin y al cabo, solo la paz que nace del amor fraterno puede ayudarnos a superar las dificultades y divisiones. Y así, poco a poco, podremos regocijarnos por la hermosa herencia que Él nos ha regalado.

Ponemos este nuevo año en las manos de la Virgen María, la Santa Madre de Dios y Madre nuestra, cuya maternidad hoy celebramos, y le pedimos que nos ayude a ser promotores de paz y a construir, a la medida de su amor, un reino de justicia, de esperanza y de caridad. Que María de Nazaret nos ayude a parecernos, cada vez más, al corazón compasivo de su Hijo Jesús.

Con gran afecto pido a Dios que os bendiga durante el año 2023 que acabamos de comenzar.

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos


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