Carta del obispo de Osma-Soria: «La cruz, locura de amor»
A las puertas de la Semana Santa, el obispo Abilio Martínez reflexiona acerca del significado de la cruz y explica que «donde hay sufrimiento hay cruz»

abiliomartinezvarea
Madrid - Publicado el
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Queridos diocesanos:
Cuando nos encontramos cerca ya de la Semana Santa, el alma y el corazón se nos ensanchan al vislumbrar la posibilidad de vivir, este año por fin, con toda su profundidad el gran misterio de la Cruz, Muerte y Resurrección del Señor. Desafortunadamente, durante los dos años anteriores a causa de la pandemia provocada por la Covid-19, no hemos podido celebrar la Semana Santa en sus manifestaciones más multitudinarias. Por eso, os invito, ahora más que nunca, a escuchar y meditar estos días sobre la Cruz y la Resurrección del Señor partiendo de los escritos de San Pablo. El Papa emérito Benedicto XVI afirmaba: “En el encuentro con Jesús le quedó muy claro al Apóstol Pablo el significado central de la cruz: comprendió que Jesús había muerto y resucitado por todos y por él mismo. Ambas cosas eran importantes; la universalidad: Jesús murió realmente por todos; y la subjetividad: murió también por mí. En la cruz, por tanto, se había manifestado el amor gratuito y misericordioso de Dios” (29 de octubre de 2008).
Pablo, el apóstol que recorrió todo el Mediterráneo predicando el Evangelio, llegó a escribir en su primera carta a los Corintios una afirmación como la siguiente: “Nosotros predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y necedad para los gentiles” (1 Cor 1,23). Nunca ha sido fácil aceptar el misterio del dolor, el misterio de la Cruz. Un Mesías que termina sus días sobre una Cruz, aunque la escribamos con mayúscula, no deja de escandalizar a cualquiera. Escandalizó a Pedro, el primer Papa de la historia, y a los demás apóstoles que tampoco la comprendieron.
Como decía, estamos ya muy cerca de la Semana Santa. Son unos días de reflexión, de oración, de agradecimiento; días de intensa contemplación. Días que tendrán el maravilloso colofón de la Resurrección, pero que no por eso nos permiten pasar por alto el misterio de un Dios hecho hombre, colgado de un madero hasta el último suspiro.
El no entender el misterio de la Cruz es tan natural que hoy mismo, nosotros mismos, lo seguimos experimentando cuando la Cruz nos visita, no en teoría, sino en la vida real. Pienso en la enfermedad, en la guerra, en la pandemia, en los pobres, en los refugiados. Es cierto que donde hay sufrimiento hay cruz. Pero también es verdad que el sufrimiento vivido desde la Cruz de Cristo Resucitado, se convierte en la santa Cruz. Por ello, este Dios que termina en una Cruz ha sido reflejado en un sinfín de imágenes, pinturas o música, en el arte, en definitiva. De manera que, lo que en un primer momento produce rechazo, los cristianos lo hemos convertido en arte. Porque el sacrificio y el amor es bello cuando se entrega por los demás.
Desde el inicio del cristianismo, la religión tiene como centro y como razón de ser a un Dios hecho hombre que ha pasado por la Cruz para llegar a la Resurrección. El mismo Pablo que describe la cruz como escándalo y necedad, afirma que era necesario que el Mesías salvara a los hombres, cargando con sus pecados y sometiéndose Él mismo a la muerte, y una muerte de Cruz. Pero Cristo derrota a la muerte con su propia muerte, resucitando, y recibiendo un nombre sobre todo nombre, el nombre divino del Señor (Cfr. Flp 2,9-11). Por eso la Resurrección, el Día de la Resurrección, el Domingo, es el día del Señor.
Me gustaría que no olvidáramos que es precisamente la fe en la Resurrección lo que motiva el que los cristianos, de antes y de ahora, ofrezcan hasta su vida – el martirio – porque están convencidos de que ¡Cristo vive! La locura de la Cruz es una locura de amor, y sólo la puede comprender quien comprende lo que es el Amor, con mayúscula. Tengamos en cuenta que el Resucitado sigue siendo siempre aquel que fue Crucificado.
Queridos cristianos de Osma- Soria, especialmente los que participáis en las Cofradías de Semana santa, en estos días santos no os canséis de contemplar con esperanza el misterio sublime de la Cruz. Será el primer paso para que la hagáis vuestra, llenos de agradecimiento, y lleguéis asía la gloria de la Resurrección con Cristo que está vivo.
Con mi afecto y bendición,
+ Abilio Martínez Varea
Obispo de Osma-Soria