Un fuera de juego milimétrico salvó al Barcelona de perder frente al Inter

El Inter de Milán estuvo muy cerca de haberse ido de Montjuic con cuatro goles a su favor de no haber sido por el sistema de fuera de juego semiautomático del VAR.

Con el 3-3 en el marcador entre Barcelona e Inter de Milán en las semifinales de la Champions, cuando corría el minuto 75 de partido,  Mkhitaryan entró a rematar un pase que le venía desde la derecha y mandó el balón al fondo de la portería de Szczesny.

Sin embargo, el árbitro, el francés Clément Turpin, pidió dar tiempo al VAR para revisar la jugada por posible juego del delantero del equipo italiano. Dicho y hecho: pasado medio minuto después, el cuarto gol del Inter queda anulado.

Al poco, y como de costumbre, se pudo ver imagen del VAR en la que el jugador del Inter estaba en posición antirreglamentaria por apenas la punta del pie. Es una situación que recordó mucho al gol que le anularon al Barcelona en LaLiga frente a la Real Sociedad, cuando a Lewandowski no le dieron por bueno un gol por algo muy similar y que generó cierta sensación de que la tecnología desafiaba a la lógica del fútbol: ¿puede ser anulado un gol por fuera de juego porque el delantero adelantado obtiene una ventaja real con respecto al último defensa por tener el pie adelantado unos escasos centímetros? Se trata de una situación que, a buen seguro, el ojo humano de cualquier árbitro de banda no tendría fácil precisarlo sin asegurarse el acierto.

El caso es que el asistente de Turpin había sido capaz de marcar el fuera de juego de Mkhitaryan en el momento de producirse.